Revista 100% Verde
Cuando vives para ser feliz, derrochas felicidad por todos lo poros. Así era tu hermano, simplemente un hombre FELIZ.
Sufrió desde pequeño la desgracia de perder a aquellos que amamos, al igual que tú, sufrió el dolor de la enfermedad que se lleva a nuestros seres queridos.
Trabajaba con las gentes que más atención necesitan, como los mayores, los enfermos, los abandonados al destino… pero él, siempre bondadoso, con ternura y alegría, les ayudaba más allá de normas o disciplinas de trabajo. Casi sin enterarnos, muy sutilmente, traspasaba la puerta de lo que se puede hacer, para acompañarlos en lo que se debe hacer según nos dicta nuestra conciencia y esencia humana.
La empatía, la fraternidad, la solidaridad, la alegría, motores de su vida y flechas que al alcanzar su objetivo, jamás quedaban al olvido…
Sin lugar a dudas, un ser extraordinario, que siempre me recordó a Miguel de la Cuadra Salcedo, dos personas “eternamente jóvenes” exploradores y aprendices de la aventura que supone DESCUBRIR lugares tan mágicos y fantásticos como la naturaleza salvaje y pura.
Supo vivir la vida y disfrutarla en todo su esplendor a pesar del peso de la vida.
No podremos olvidarle nunca, por qué él se encargó de grabar en nuestros corazones, su expresión y sentimiento y como bien sabemos, lo que se siente, jamás se olvida.