Revista Cultura y Ocio
Under the Skin, dirigida por Jonathan Glazer
Publicado el 05 noviembre 2015 por Carlos Huerga @carloshuergaUnder the Skin (dirigida por Jonathan Glazer, Escocia, 2013).
Un motorista recorriendo la carretera como un águila planeando por el cielo. La noche y sus silencios. Una mujer (una Scarlett Johansson como nunca había sido retratada en el celuloide, en un papel sutil a la vez que brutal), bella y extraña, surge de la noche. Nada se explica, todo cuanto sucede en escena, sucede porque sí. Las elipsis están para que el espectador rellene esos huecos, un espectador contemplativo y a la vez activo.
La mujer (¿es verdaderamente una mujer?) viaja en furgoneta. Su belleza fascina e hipnotiza. Habla con autoestopistas, los seduce, los embauca. ¿El canto de las sirenas? Después los lleva a su casa, y allí, los devora o los engulle o los mata en unas escenas visualmente casi abstractas. No queda del todo claro, pero lo que sí percibimos es que ellos son víctimas y constituyen su alimento, no sabemos si fisiológico, cognitivo o existencial.
Escocia. Niebla. Humedad. El mar y las olas engullen la playa. Los árboles son testigos de la cárnica desesperación, de la necesidad. El gris del asfalto y el hormigón se alimenta de lluvia y humedad.
Los planos angulares muestran la naturaleza viva, como un insecto esperando en la noche. El sonido y los silencios son parte de la historia, de la narración, lo mismo que una música que sale de las escenas y se te mete dentro y no te suelta, como el latido de un corazón enfermo.
El estilo se convierte en narración. Las imágenes que vemos se explican por sí mismas. O no. Poesía. Pulsión. Música y sonidos que crean una ambientación perturbadora, densa y a la vez salvaje. El espacio se come el tiempo. ¿O al revés? La linealidad parece un juego. La narración se convierte en mirar.
La película habla de los hombres, pero muestra a una mujer (que parece ser una alienígena). Otredad. La protagonista (¿qué es exactamente un protagonista?) parece ajena a los sentimientos y a la ética humana. Parece una depredadora. El ansia es devorada por el hambre. ¿O al revés? Sin embargo, empieza a experimetar emociones.
¿Y nosotros? ¿Podemos juzgar a un animal salvaje? La película habla de los hombres, de sus comportamientos, de sus esquizofrenias. A estos sí podemos juzgarlos.