A principios del año pasado nos hacíamos eco de un informe elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de Alemania, en él se concluía que un 19% de los niños alemanes estaban en riesgo de pobreza infantil. Se podía decir que era la cara oculta de la moneda, recordemos que se ha considerado a Alemania como locomotora de la economía europea, que el nivel de vida en su sociedad era satisfactorio, etc.
Pues bien, de nuevo el tema vuelve a ser noticia, según un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Empleo (IAB), uno de cada cinco niños alemanes menores de 15 años vive en situación de pobreza, lo que representa que 2’1 millones de niños están viviendo en el seno de una familia que pasa muchas necesidades. En este nuevo estudio encargado por la Fundación Bertelsmann, se ha intentado contestar a la pregunta sobre cómo afecta la pobreza a la vida cotidiana de estos niños.
En el informe se desprende que las familias no tienen dinero para hacer frente a gastos como la ropa de invierno que necesiten los niños, los viajes de estudio y excursiones que se realicen en la escuela, los niños no tienen acceso a internet, deben renunciar a las actividades sociales, viven en casas con un mal estado de conservación, etc.
Los padres trabajan prácticamente todo el año, tienen menos de una semana de vacaciones al año para poder hacer frente a los gastos, reciben muy pocas ayudas estatales. Las políticas familiares y sociales se centran demasiado en la integración de los padres y madres en el mercado laboral, dejando a un lado las necesidades de los niños. Hay que tener en cuenta que en Alemania se sitúa por debajo de la línea de la pobreza a aquellas familias con una media de ingresos inferior al 60% de la media de ingresos netos, es decir, algo más de 1.800 euros.
La mitad de los niños en situación de pobreza vive con familias que dependen del subsidio de desempleo, la otra mitad no tienen ningún apoyo o ayuda financiera. Se trata de una paradoja, por un lado la economía alemana crece y se logran récords en el mercado laboral (claro que son cuestionables, recordemos el tema de los minijobs), por otro lado las diferencias entre pobres y ricos se han incrementado situándose en máximos históricos. Para que nos hagamos una idea, la asociación de servicios de beneficencia del país dio a conocer que en febrero se habían contabilizado 12,5 millones de personas que se considera que viven en pobreza, siendo este el peor dato desde el año 1990.
El porcentaje de ciudadanos que viven en riesgo de pobreza se incrementa año tras año, la Fundación Bertelsmann advierte que hay que cambiar las políticas familiares y sociales, aboga por revisar el nivel de subsistencia de los niños y adaptar la seguridad estatal básica. Alemania ha querido dar una imagen que no se corresponde con la realidad, no se preocupa lo suficiente por los ciudadanos del país y mucho menos de los niveles de pobreza infantil, la prueba de ello es que ha crecido de forma sostenida durante los últimos años.
La situación en España es mucho más dramática, y viendo cómo le va a Alemania, no tiene sentido que el Gobierno de nuestro país haya tomado nota de los consejos y recomendaciones que Alemania ha proporcionado para solucionar los problemas. Claro, que estos consejos estaban orientados a garantizar el pago de la deuda externa, sin importar las consecuencias que tendrían para los ciudadanos españoles. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en el periódico digital alemán N-TV.
Enlace permanente:
Uno de cada cinco niños alemanes viven en situación de pobreza