Urkiola Mendi, referente vizcaíno en nueva ubicación

Rogelio Barahona nunca se fue, solo se trasladó. Afortunadamente, este vasco de pura cepa continúa dando de comer como solo él sabe, como hizo durante casi 20 años entre Prosperidad y Arturo Soria, con el mejor producto que toca a su puerta cada mañana, ahora, en el barrio de Chamberí.

Hace prácticamente un año que inauguró el nuevo Urkiola Mendi en la calle Cristobal Bordiú, un diminuto comedor de menos de una decena de mesas que le permite mimar (aun más) hasta el extremo cada detalle y a calle cliente. Le debíamos una visita y allá que fuimos.

Podríamos decir que es una casa de comidas de barrio. Ese es su aspecto al entrar. Uno de esos espacios en los que el buen hacer en los fogones es primordial, dejando de lado excesos en el aspecto estético que, aunque cuidado y correcto, no resta, con su sobriedad, un ápice de protagonismo al oficio del cocinero.

Sí, Rogelio es cocinero, por encima de todo lo demás. Se debe al buen producto, al que deja expresarse en su plenitud, ante el que no impone su voluntad ni carácter, apenas un leve toque para que la presentación se muestre acorde con el contenido. Lo que comes es lo que ves y, en tiempos en los que, al contrario de lo que parece decirse, no es tan fácil encontrar esta honestidad, Urkiola Mendi se convierte en parada obligatoria. En un “must”, diríamos muchos. Y así le gusta a Rogelio que se le retrate, no pide más.

La temporada y el mercado es tan importante para él que la carta no está impresa, sino que se entrega en unas “tablets” para que pueda modificarse cada mes, si es necesario, cada jornada. Sirven lo que da la tierra en cada época, como el monte al que hace referencia su nombre. La tierra y el agua, porque el bacalao, como buen vizcaíno,  es una de sus grandes especialidades. Al club ranero (pil pil y ratatouille), horneado, al ajo arriero… Nos quedamos con sus imbatibles kokotxas al pil pil, la estrella absoluta del apartado marino. Para abrir boca, ahora, una alcachofa con gamba roja y almejas es imperdonable, su ravioli de txipirón con lardo di Colonnata (tocino italiano curado con Denominación de Origen) o algo de casquería, callos y morros a la vizcaína, que componen también el área carnívora junto a una selección de otros dos o tres platos como puedan ser las carrilleras estofadas o el pollo de corral al vinagre de Jerez.

Como todo vasco que se precie, la parte dulce es casi la más extensa del menú. No os vayáis sin dar un bocado a sus deliciosos canutillos de vainilla, su torrija, ya que estamos en tiempo, o su pantxineta (hojaldre y crema) mientras apuráis algunas de sus estupendas referencias de vinos. Relación calidad-precio, en lo sólido y lo líquido, van de la mano.

Y no lo dudéis. Si buscáis una dirección en la que dedicaros única y exclusivamente al placer de comer, Urkiola Mendi es la vuestra.

Cristóbal Bordiú, 52

Precio medio: Más de 35 euros (40)

Tlfn. 91 755 57 62