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Urueña

Publicado el 16 septiembre 2018 por Juanjocesc @juanjocesc

URUEÑASe acabó el verano (o no, porque el bañito que me he pegao hoy en la playa del Carmen de Barbate como si fuera pleno agosto vale millones) y muchos tienen ya el miedo a que el pueblo se les quede vacío en invierno, a que les coma, al aburrimiento.
Este verano estuve en Urueña, en la provincia de Valladolid, Castilla-León. Un pueblo de unos 180 habitantes. Un pueblo de menos de 200 personas que provocó una gran revuelta en mi mente e hizo que escribiera esto que hoy comparto contigo si quieres seguir leyendo, te cuento porqué.
El pueblo, es la única “Villa del Libro” de España, una especie de sello turístico, de propuesta cultural que hace que este sitio sea especial. Es el único pueblo en el país con más librerías que bares. También, como nuestro vecino Vejer, está en la lista de “los pueblos más bonitos de España”. Además de sus once librerías, tiene 5 museos y hasta un periódico.
Pero esto no es lo más importante, lo que más me llamó la atención fue la actitud de los habitantes con los que tuve la oportunidad de intercambiar algunas palabras.
De forma insistente, yo les preguntaba por los recursos del pueblo, por la seguridad, por la salud, la forma de vida y de ocio allí, todo lo que me iba viniendo a la mente.
Aunque al pueblo iba un médico 2 días a la semana, que cuando ocurre algo la policía tiene que venir desde otro, que en invierno están además de prácticamente solos, helados, bajo cero, o que en algunas calles vive una sola persona, me impresionó cómo los más jóvenes del lugar me decían que quien más problemas tienen en ese sitio son las personas mayores (sobre todo por motivos de salud como es lógico), pero que ellos, no se aburrían. Que se las apañaban con lo que tenían y que se buscaban las papas, como decimos aquí, intentando reunirse y realizar actividades aunando fuerzas, asociándose.
Ese pueblo, esa gente, me demostró cómo la actitud y las ganas hacen que a pesar de las limitaciones, se pueden conseguir cosas impensables en las condiciones menos pensadas.
Imagínate, si en un pueblo de 20.000 personas te aburres… ¡¿qué harías en uno de 180?!
Las opciones que tenemos en cada lugar para combatir el aburrimiento y la monotonía son las que hay, pero somos nosotros quienes podemos crear, mover y convertir en actividad, diversión, cultura y ocio, los instrumentos con los que un pueblo o ciudad cuenta. ¡Qué importante es la actitud! Y qué importante es tener GANAS.
Es verdad que no sólo me contaron las bondades, pero de verdad, ver a gente joven que era capaz de vivir feliz allí, me hizo pensar en todas las veces que he oído que en Barbate no hay nada que hacer, que esto es aburrido, que no se qué… vale, que necesitamos muchísimas cosas (aprovecho para decir que el Cine Avenida sigue cerrado, a ver cuánto nos hablan de él en las próximas elecciones…) pero que con la unión de la gente y con el apetito por vivir, por disfrutar, por sentir, todo se puede convertir en motivación y en fuerza. Porque los pueblos tienen fuerza, y nunca, nunca deben morir ni quedarse en el olvido.
El consumismo está matando a los pueblos y la sociedad sólo tiende a las grandes ciudades, a vivir rápido, y a las aglomeraciones, pero aún hay resistencia.
Desde el sur, Ole.

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