La autodeterminación es una fuente de motivación intrínseca, es decir, no depende del interés en el logro o en la satisfacción que se obtendrá de una recompensa. Entonces, ¿por qué tenemos autodeterminación? Algunos investigadores han señalado la necesidad de sentirnos causantes de nuestras situaciones personales como uno de sus condicionantes, otro podría ser considerarnos competentes en el sentido de ser eficaces al hacer las cosas.
La autodeterminación puede verse afectada por otras fuentes de motivación externas como las recompensas económicas. Por ejemplo, durante un experimento se comparó la satisfacción de un grupo de personas que recibieron una gratificación económica tras realizar un puzzle con otro grupo con la misma autodeterminación que no recibió esa gratificación. Tras la entrega de la recompensa, esos individuos vieron mermada su motivación y su nivel de satisfacción respecto al otro grupo. Su enfoque cambió y su mentalidad determinada a superar los problemas se reorientó hacia una búsqueda del premio, quedando anulada tras su obtención por no disponer ya de otro reto a la vista.
La práctica del deporte es una de las actividades capaces de hacernos mostrar una mayor autodeterminación por hacer las cosas bien, por mejorar, por ganar. Ese tipo de motivación es muy poderosa y debemos ser cuidadosos si decidimos sacrificarlo por una prima o una remuneración económica por la consecución de objetivos.
El cambio de un tipo de motivación interna a externa puede tener otras consecuencias. El individuo pasa de sentirse protagonista de sus propios logros a sentirse un títere en manos de otras personas que le pagan según alcance o no las metas que a ellos les interesan. Se reduce el sentimiento de autonomía y el juego pasa a considerarse trabajo. Es por tanto, la autonomía otra fuente de motivación intrínseca, teniendo otros mecanismos habituales en el mundo laboral implicaciones en su percepción como son las fechas límite, los objetivos impuestos, la evaluación del desempeño, etc.
¿Cómo reforzar la motivación intrínseca?
En primer lugar debemos sentirnos dominadores de nuestro entorno. No importan las dificultades a las que nos enfrentemos, nuestros conocimientos y buena predisposición nos dotan de la capacidad de acomodar el entorno a nuestras necesidades.
Además debemos tener la suficiente autonomía para tomar decisiones y establecer nuestros objetivos y prioridades.
Ser capaces de afrontar los problemas y superarlos con nuestros propios medios puede ser la mejor recompensa. Pensemos en afrontar los retos de esta forma y lo haremos posible.
Fuente: The Oxford Handbook of Work Engagement, Motivation, and Self-Determination Theory. Marylene Gagne. Ver publicación.
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