Revista Cultura y Ocio

Utopeando

Publicado el 28 junio 2012 por Dean
"Así, cuando miro esas naciones que hoy día florecen por todas partes, no veo en ellas sino la conjura de los ricos para procurarse sus propias comodidades en nombre de la nación. Imaginan e inventan toda suerte de artificios para conservar, sin miedo a perderlas, todas las cosas de que se han apropiado con malas artes, y también para abusar de los pobres pagándoles por su trabajo tan poco dinero como pueden. Y cuando los ricos han decretado que tales invenciones se lleven a efecto en beneficio de la comunidad, es decir, también de los pobres, enseguida se convierten en leyes."    Tomás Moro. Utopía. 
Utopeando
No es que el sistema económico esté en crisis sino que la crisis radica en el sistema económico. Hay otra forma de entender la economía. Otra forma de entender nuestras vidas y afrontar nuestros recursos económicos. No sólo como opción, sino como alternativa al actual sistema de consumo insostenible. Todo lo que creíamos saber sobre la economía ha saltado por los aires en los últimos años. Está claro que vivimos en un sistema injusto, inestable, infeliz e insostenible. El reto es encontrar las fórmulas y crear una nueva economía que sea socialmente más justa, que genere bienestar humano y que funcione dentro de los límites ecológicos del planeta.
 
Quien dijo eso de que las mejores cosas de la vida no son las cosas, pues es la verdad madre de todas las verdades. El dinero y las cosas nos distraen de lo que es verdaderamente importante. Pero se puede vivir sin dinero, hoy existen cantidad de experiencias en el mundo que demuestran que eso es posible. Paradójicamente, el propio capitalismo comienza ahora a abolir el dinero. No solo en el sentido superficial, tecnológico, de que surja en lugar del papel-moneda el registro de escritura electrónico desmaterializado y el banco vía Internet, tal como antes el papel-moneda había substituido a los metales preciosos; pero más en el sentido de que, con la crisis de la tercera revolución industrial, cada vez más personas caen en gran parte fuera de la economía monetaria diariamente.
En las regiones mundiales desconectadas, el círculo del dinero se reduce dramáticamente. De este modo, en el interior del Brasil puede suceder tener que atravesar la mitad de una población, hasta conseguir que un tendero te cambie un billete de una cantidad nunca vista de 20 euros. La mitad de los sudafricanos adultos no tienen cuenta bancaria. Casi la mitad de la humanidad (2.800 millones de seres humanos), disponen de menos de 2 dólares por día. Hace mucho que esta tendencia se extiende por occidente. En los EUA cada vez más trabajadores a tiempo completo caen bajo el límite de la pobreza, al mismo tiempo que quien paga con billetes o monedas en lugar de con tarjetas de crédito ya es considerado casi un sujeto sospechoso. Y aquí en este país es sabido que los bancos solo de mala gana abren una cuenta a los destinatarios de ayuda social. En muchos países occidentales se extiende un nuevo fenómeno de masas: quien no tiene cuenta bancaria, en la mayor parte de los casos tampoco tiene seguro de enfermedad y mucho menos teléfono, y ya no hablemos de Internet. En las tiendas de rebajas baratas hay gente haciendo cuentas en compras rigurosamente al céntimo. En medio de la economía monetaria, en apariencia totalmente electrónica, una parte cada vez mayor de la sociedad se desmonetariza. A las gigantescas burbujas de deudas se contrapone una economía de “perra gorda”  en rápido crecimiento. Este aspecto de la crisis del dinero, que en realidad es una crisis del trabajo abstracto, si es posible, es ignorado en el debate. Pero la administración capitalista de la crisis reacciona frente a la reducción del círculo general del dinero de forma no muy diferente a la de los regímenes socialistas de estado y de las utopías totalitarias, particularmente con las impertinentes exigencias burocráticas a las personas involuntariamente desmonetarizadas. Al mismo tiempo, las ideologías de crisis racistas y antisemitas de dinero bueno y honrado para trabajo bueno y honrado chocan con un clima de angustia del dinero, en vez de avanzar hacia una crítica emancipadora del sistema. Quien lo hubiera pensado: el capitalismo comienza a volverse una utopía negativa.
Pues eso, que son tiempos de andar utopeando un poco, ir pensando en otras cosas y tener en cuenta que no hay que inventar nada nuevo, que hay gente que es capaz de vivir sin dinero, que existen los bancos del tiempo, que existe el trueque moderno, que hay otras alternativas.

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