Hoy os traigo una de las recetas que he de confesaros más odiaba yo cuando era niña, las vainas eran uno de las legumbres que no me gustaban nada de chiquita. De hecho solo intentaba comerme el huevo y las patatas, pero allí estaba mi madre, con la frase típica de todas las madres: hasta que no te lo comas todo no te mueves de la mesa! y claro, ante una amenaza sí, había que tragar y comer. Y ahora, en edad adulta, es una de las recetas que preparo todas las semanas en casa, no sólo cocidas, sino que también las utilizo mucho de acompañamiento, para ello utilizo las vainas mini redondas.
Así que si vuestros hijos, igual que mis hijas, no son muy fans de esta legumbre, no os desesperéis ya aprenderán a comerla, según va uno creciendo el gusto del paladar va cambiando y explorando nuevos sabores.
La vainas o judías es una legumbre que nos aporta fibra, vitaminas y minerales, en un ingrediente muy utilizado en muchas culturas gastronómicas. Se suelen cocinar cocidas, guisadas, a la plancha, en ensaladas, purés o como acompañamiento.
Podemos encontrar vainas de diferentes aspectos, rectas, semirectas, redondas ...
INGREDIENTES
300 gr. vainas4 patatas2 dientes de ajo1 cucharada de cúrcuma50 ml aceite OVE2 cucharadas de aceite de sésamo2 huevos cocidos1 pimiento verdeSal2 cucharadas de salsa de soja
1. En primer lugar, lavaremos y trocearemos las vainas, quitándole el pico de cada extremo.
2. Ponemos a calentar una cazuela con agua y sal, y cuando rompa a hervir añadimos las vainas y las patatas, a mi no me gusta que estén muy cocidas, así que apago el fuego cuando veo que la vaina ya esta blanda.
3. Ponemos en una sartén el aceite, cuando esté caliente echamos los ajos y el pimiento picado y sofreímos, después añadimos la cúrcuma y la salsa de soja, en este paso yo suelo añadir un poco del caldo de las vainas.
4. Echamos el sofrito encima de las vainas, las patatas y el huevo cocido. Sazonamos con un corrito de aceite de sésamo, con cuidado removemos para que se mezclen los sabores.
Un primer plato digno de cualquier comensal, me encanta el color verde de las vainas!