Revista Cultura y Ocio

Valle-Inclán

Publicado el 13 enero 2016 por Academiacruellas

Desde Academia Cruellas, vamos a poner nuestro punto de mira en una obra de Valle-Inclán. La literatura de Valle-Inclán es una de las aventuras más apasionantes del teatro europeo contemporáneo. Su obra es un constante experimento de nuevas formas de expresión hasta que todo ello desemboca en el esperpento, cuya estética rompe la realidad precisamente para hacérnosla ver en su auténtica dimensión. Los cuernos de Don Friolera (1921) son una manifestación importante del esperpento. Si hacemos un resumen de la obra, este es el siguiente: en San Fernando de Cabo Estrivel, ciudad costera inventada, el teniente de carabineros, Don Pascual Astete, conocido popularmente como don Friolera, recibe un mensaje anónimo en el cual le advierten de los amores adúlteros de su esposa doña Loreta, con Juan Pacheco, un barbero cojo al que le llaman Pachequín. El carácter pacifico de don Friolera le impide matar a los amantes como impone el código de honor imperante. Duda antes de sucumbir a la presión social y cuando al fin decide vengar la afrenta, dispara sobre los culpables con tan mala suerte que, en un trágico error, mata a Manolita, su propia hija.

En esta obra el modelo deformado es el drama de honor calderoniano, ya que en los dramas donde Calderón trata del asunto del honor conyugal entre aristócratas, la afrenta no afecta tan sólo a la persona en cuestión sino a todo el estamento social. Ahora bien, si los nobles del teatro barroco no fallan cuando -aun a pesar suyo, movidos no tanto por los celos cuanto por la impuesta moral social- acaban con la vida de la infeliz esposa, Don Friolera, ebrio, yerra al disparar y mata a su hija.


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