No sentirse dueño del propio tiempo es una de las sensaciones más frustrantes que se puede tener y, no solo en lo que respecta al trabajo, sino también al cuidado de la propia salud.
¿Cuántas cosas estas harto de tolerar?
¿Alguna vez has tenido un “mal amigo”, un familiar, alguien que sientes que te absorbe tiempo y energía y que rara vez te da algo a cambio?, ¿te sientes enganchado a actividades como navegar con tu smartphone, acumular cosas sin orden, ver programas hasta altas horas de la noche?
Probablemente puedas añadir muchas mas actividades improductivas a la lista, pero mi pregunta es la siguiente: cuando reconoces estos vampiros de energía ¿como sueles reaccionar?, te culpas a ti mismo, te resientes contra los demás o por el contrario decides detener ese comportamiento.
Si deseas acelerar tu camino hacia una vida mejor, tienes la oportunidad de reflexionar sobre esas fugas de energía que rondan tu vida y están poniendo en peligro tu progreso.
La primera pista para identificarlas es muy sencilla: cada vez que te encuentres pensando algo del tipo: "no quiero estar haciendo esto" acto seguido puedes escribir en un papel, “esta actividad / relación/cosa está drenando mi poder para obtener los resultados que deseo”.
Parece un acto intrascendentes pero si llegas a ser capaz de identificar las verdaderas fugas de energía en tu vida te sentirás mucho mas satisfecho contigo mismo.
Tipos de fugas energéticas
Y ¿dónde puedes buscar estos tipos de fugas? Aquí tienes tres lugares muy comunes donde mirar:
1. Tu entorno físico- Un escritorio desordenado, la bandeja de entrada de correo llena, los papeles amontonados, los proyectos incompletos, la tecnología obsoleta, los utensilios revueltos por la cocina...
2. Tus relaciones -. Las personas informales que no cumplen con su palabra, los que sobrepasan límites, clientes que no pagan a tiempo, un equipo que no te apoya, las faltas de respeto, la falta de honradez.
3. Tu interior-. Los malos hábitos, posponer lo importante, la falta de disciplina, quedarse en el detalle, hacerlo todo solo, el diálogo negativo, las decisiones basadas en el miedo, el perfeccionismo.
Muchas personas creen que tolerar es una buena forma de conseguir las cosas ahorrando tiempo. Pensamos por ejemplo: "Voy a tirar con esta impresora vieja ... parece que aún funciona." Lo cierto es hora de retar todo este tipo de creencias! En este caso y vivido en primera persona, te puedo asegurar que la incomodidad acumulada durante meses y la pérdida de productividad asociada a no cambiar han salido mucho más caras que la de conseguir otra impresora.
Imagina que maravillosa podría ser tu vida si pudieses hacer zapping a cada una de las cosas improductivas que toleras en tu vida ¿Cuánta energía ganarías?, ¿cómo cambiaría tu productividad, cuanto aumentaría tu autoestima?
La mayoría de tolerancias que observo en mis clientes hablan de la necesidad de ser mas proactivo: fijar normas más estrictas, mejorar su planificación, pedir lo que necesitan, establecer límites, deshacerse de lo inservible, delegar y conseguir más apoyo.
Es hora de gestionar mejor nuestra energía y de obtener recompensas de la vida! Toma las riendas de tus rutinas y pregúntate:
- ¿Qué cosas estoy tolerando a diario?
- ¿Cómo están afectando a mi bienestar?
- ¿Por dónde quiero empezar a cambiar?
"Lo que te fatiga no es la montaña que tienes delante, sino el grano de arena de tu zapato" (Robert Services)
Adaptación de: Teresia LaRocque, MCC, is Canada’s first Master Certified Coach and co-founder of ICF Vancouver