Vélez encontró en River el aliado que necesitaba para no tener que verse obligado a esperar una semana más y valiéndose de su triunfo ante Unión alzó el grito que todos desean entonar pero sólo uno puede por novena vez en su historia y tercera en los últimos tres años, en los que sin perder nunca la identidad que logró forjar pese a los vaivenes que por momentos debió sufrir demostró con creces que es el mejor equipo argentino.
El afán triunfalista que lamentablemente envuelve nuestro fútbol hace muy difícil que en medio de la desesperación por obtener resultados inmediatos un equipo se destaque, sin embargo Vélez lo hizo. Lo volvió a hacer. Consagrándose como el mejor no sólo por lograr la regularidad por la que el resto pugnó, sino también por haber sido el que mejor y más acicalado juego consiguió desplegar.
Concluido el semestre anterior se marcharon futbolistas importantes como Marcelo Baravovero, Fernando Ortiz, Víctor Zapata, Augusto Fernández, David Ramírez y Juan Manuel Martínez pero pese a ello Vélez no cayó como quizás era lógico que sucediera, sino que con Ricardo Gareca dejando ver más que nunca su aptitud como entrenador se reinventó como todo gran equipo lo hace sabiendo perfectamente el camino por el cual transitar para que por sobre los nombres de peso siga primando la idea y los buenos resultados no tarden demasiado en aparecer.
Elegir bien los pocos futbolistas con los que nuevamente se reforzó fue algo en lo que otra vez no falló, encontrando en Sebastian Sosa y en Facundo Ferreyra, quien quien llegó al club luego de descender traumáticamente vestido con los colores de Banfield y terminó siendo el máximo goleador (11) y mejor jugador del torneo, lo que necesitaba para terminar de rearmar una estructura ya apuntalada en la experiencia de Sebastian Dominguez, Fabián Cubero y Emiliano Papa y el buen hacer de juveniles con presente y futuro como Fernando Tobio, Iván Bella, Lucas Romero y Agustín Allione.
En el marco de la definición la actuación ante Unión estuvo lejos de ser la mejor, ya que con los nervios jugando un papel muy importante el equipo no disfrutó de la fluidez asociativa necesaria para imponer condiciones e incluso fue superado en ciertos pasajes del juego. Pero como el fin de semana pasado ante All Boys, ante el que sin reunir merecimientos sumó los tres puntos más importantes del torneo, poco importó.
Como en dicha oportunidad fue Lucas Pratto, en la tarde de este domingo el héroe terminó siendo Ferreyra, quien como no podía ser de otra manera coronó su espectacular semestre convirtiendo el primero de cabeza y el segundo de zurda, este último cuando el público que colmó las instalaciones de José Amalfitani se encontraba dándole forma a una fiesta que minutos antes había desatado definitivamente tras recibir los ecos del gol con el que Rodrigo Mora había enterrado definitivamente las opciones de Lanús.
Clausura 2009, Clausura 2011 e Inicial 2012. Queda claro que no se está ante una mera casualidad. Para Vélez son éxitos que llegan fruto de un trabajo a consciencia, con el que a lo largo de tres años directivos y cuerpo técnico han madurado el ejemplo proyectando a futuro. Para nuestro fútbol no puede haber mejor campeón.