Parece ser que a Vélez le gusta sorprender. Una y otra vez, el equipo de Liniers se toma una siesta peligrosa al inicio de los semestres, pero con el correr de los partidos logra el ritmo necesario para aceitar ese exquisito funcionamiento al que nos tiene tan acostumbrados. Hoy combinó buenos momentos con pasajes en los que tuvo la suerte de candidato y terminó ganándole a Estudiantes por 1-0.
Con Racing perdido en sus miedos y limitaciones, todo parecía indicar que no había quien le haga algo de fuerza a Boca, cómodo líder del Apertura. Pero Vélez apareció para ejercer al menos algo de presión en el equipo dirigido por Falcioni: en caso de que el Xeneize no pueda ganar en Santa Fé, los de Gareca quedarán al menos a 6 puntos en la tabla de posiciones y aún teniendo que jugar ante el conjunto de la ribera.
Nadie de Vélez podrá negar que aún les queda mucho por mejorar, pero la tan particular suerte con la que supo contar en el día de hoy no puede hacer otra cosa que generar buenos augurios. Estudiantes fue la otra cara de la moneda. Luego del gol tempranero de David Ramírez, el Pincha, con su orgullo tocado, salió como un verdadero León a recuperar el terreno perdido. Envalentonado por un Gastón Fernández que de a poco parece volver a su nível, el Pincharrata supo generar varias ocasiones como para considerarse un claro merecedor del empate, pero la gran figura de la tarde se lo impidió ocasión tras ocasión.
Esa espectacular figura fue Marcelo Barovero. El pequeño gigante arquero de Vélez dio otra gran muestra de su enorme actualidad y sostuvo a un equipo que por momentos se lo vio perdido en la cancha y lejos de sus mejor versión. Así y todo, el conjunto local tuvo momentos de buen juego y también pudo haber aumentado la ventaja de la mano de lo creado por Augusto Fernández y Héctor Canteros, que son hoy en día los mejores interpretes de la orquesta velezana.
En resumen, el marcador terminó arrojando un resultado que poco tiene que ver con el desarrollo del partido. Si bien el encuentro no generaba la misma expectativa que supo generar cuando ambos clubes mandaban a placer en el fútbol argentino, estuvo a la altura de las circunstancias y terminó siendo más que entretenido.
Más allá de los primeros minutos donde le convirtieron, Estudiantes no tiene nada para reprocharse y debe tener la certeza de que este es el camino adecuado, por el cual empezará a obtener mejores resultados. Vélez, en cambio, tiene que estar atento y rápido para solucionar los errores que terminaron convirtiéndolo a Barovero en figura. Pero sigue sumando a buen ritmo y nadie podrá evitar que sus hinchas se ilusionen. Ellos, por ahora, sólo dan el mensaje : “Los de arriba son bosteros…”