De entre todos colores que puede haber en nuestro plato, me quiero centrar en uno de especial importancia: el color verde. Pero, ¿por qué es tan importante?
Para empezar el verde evoca salud, naturaleza, frescura y conexión con el mundo vegetal; pero esta evocación no solo es metafórica sino también real: incorporar verde en nuestra dieta genera salud y frescura, porque el verde indica que la planta está llena de clorofila.
Esta clorofila (que curiosamente tiene una estructura similar a la hemoglobina, solo que en lugar de hierro tiene magnesio en el centro) es un pigmento clave en la fotosíntesis, proceso por el cual el reino vegetal tiene la capacidad de captar la energía lumínica y transformarla en energía bioquímica, indispensable para nuestra vida en el planeta.
Y además, la clorofila tiene una serie de propiedades importantes para nuestra salud, fundamentalmente propiedades detox, ayudando a la limpieza y eliminación de residuos en el cuerpo.
Se ha visto que la clorofila mejora los efectos de la radiación y que tiene la capacidad de unirse a metales pesados favoreciendo su eliminación.
También tiene un potente efecto alcalinizador y un gran poder antioxidante y antiinflamatorio, mejorando el sistema inmune, digestivo, respiratorio, y participando en la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer, entre otras; curiosamente sabemos también que el verde en medicina china es el color que resuena y potencia la acción del hígado, órgano a su vez encargado de la limpieza de la sangre de tóxicos.
Obviamente vamos a encontrar esta maravillosa molécula, la clorofila, en las algas de color verde (la chlorella es sin duda la más rica en este pigmento, que también abunda en la espirulina) y en las verduras de color verde (cuanto más intenso es el verde, más clorofila tiene): col verde, repollo, kale, acelgas, espinacas, judías verdes, brócoli, puerro, col china, espárragos, apio, berros, canónigos, lechugas, perejil, cebollino, grelos, las hojas de las raíces (de los zanahorias, de los nabos, de los rábanos..), etc.
Es importante tomar las verduras verdes crudas o cocinadas muy levemente (una cocción ligera al vapor, o escaldadas durante 2-3 minutos), de forma que queden crujientes y mantengan todas sus propiedades.
Así que no olvides poner SIEMPRE algo verde en tu plato o añadir algo verde a tus zumos o smoothies. Hoy más que nunca, en esta sociedad llena de tóxicos en la que vivimos, es fundamental que el verde esté presente en nuestra alimentación.
Autora: Dra. Eva T. López Madurga. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Consultora de Nutrición, Macrobiótica y Salud Integral
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Bio Eco Actual Marzo 2017