Revista Opinión

Vía catalana

Publicado el 12 septiembre 2013 por Carmentxu

Diada-Via_Catalana-independ

Lluïsa ronda los 80 años. No le pregunté la edad porque la vi coqueta. Menuda, ágil, dicharachera, con ese humor que solo da la sabiduría y la experiencia. Lluïsa no fue a la Via Catalana porque iban a ser varias horas a la intemperie, de pie o sentados en el asfalto, pero pedía fotos y crónica detallada por whatsapp cuando fuera el momento. Lluïsa, que había hecho la logística de una comida para 14 personas, animosa en todo momento, solo se puso seria cuando, después de haber hecho las cuentas para todo ese despliegue, empezó a calcular también el futuro. Y no le salían las cuentas.

Le entristecía que, en el hipotético caso de una independencia de Catalunya, ella ya no lo vería y, de conseguirlo, no lo podría disfrutar durante mucho tiempo. Se le haría corto. Pero nos animaba a nosotros a hacerlo mientras despotricaba de los políticos de allí, de aquí, de todos sin excepción, dejando para la duda algún caso que no conociera.

Para los miopes, Lluïsa es esa mayoría silenciosa que no sale a la calle a protestar, solo para ir a misa, a la compra o a dar un paseo por el parque y comer un helado o una relaxing cup of café con leche en una plaza. A ellos tampoco les salen las cuentas para contar los cientos de miles de personas, seguramente 1,5 millones, que colorearon ayer el territorio catalán. Pero es que no les sale ninguna cuenta porque el dinero de todos que deberían gestionar con honestidad se les escapa por las cloacas de la corrupción hasta empaparles como les empapan las goteras de un Congreso cuya remodelación costó cuatro millones de euros.

Ya en la Vía, el tiempo, como pronosticaba Lluïsa, se pasaría volando. Fue divertido, saludábamos a los helicópteros, a los coches con banderas esteladas que transitaban pitando a modo de saludo, a los policías motorizados y hasta a algo parecido a un avión de combate, que de todo aparecía por allí, curioso. No pudimos enviar la crónica a Lluïsa, sería más tarde ya por teléfono porque éramos muchos compartiendo una red demasiado estrecha y las operadoras de móviles e Internet tienen una capacidad limitada, no como las emociones, que se desbordan.

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog