Revista Cultura y Ocio

Viaje al pasado. Sefan Zweig

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Viaje al pasado. Sefan Zweig
     "-¡Ahí estás!
     Con los brazos extendidos, casi se podría decir quea biertos de par en par, salió a su encuentro.
     -¡Ahí estás! -repitió de nuevo, y su voz recorrió esa escala que asciende cada vez más luminosa desde la sorpresa hasta la absoluta felicidad, mientras miraba la figura de la amada, rodeándola de ternura-. ¡Ya empezaba a temer que no fueras a venir!"
     De vez en cuando descubro un título de algún escritor cuyas obras completas ya pensaba conocía y eso se convierte en motivo de celebración y nerviosismo. Me compro el libro y lo tengo en mi casa dos o tres días, sobre una mesa, sin abrirlo, para simplemente mirarlo y disfrutar anticipadamente de lo que me espera. Casi seguro que lo leo en sábado, que tengo más tiempo y menos ruido. O el viernes por la noche, quizás, si no tengo otro plan. Finalmente llega el día elegido y desde por la mañana me paseo por delante, rozándolo a veces, hasta que llega la hora señalada y el mundo desaparece y solo estamos el libro y yo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Viaje al pasado.
     Un hombre y una mujer se encuentran tras diez años de separación. En su día, el hombre de humilde origen, trabajaba en la casa del adinerado matrimonio al que ella pertenecía. Las circunstancias, la propia guerra les separó, y ahora vuelven a encontrarse.
     Viaje al pasado, cuyo título pudo ser Resistencia de la realidad, es una novela corta o relato largo de Zweig que uno puede leer en una o dos tardes sin más esfuerzo. De hecho le falta un suspiro para llegar a las cien páginas, y eso en un momento en que parece que están de moda los libros extensos, se agradece. Sobre todo si es uno de esos libros que uno lleva consigo para leer en las esperas y los transportes públicos. La novela, quizás menos depurada que otras del autor, comienza cuando la pareja se reencuentra. Y ahí viene la gran trampa: el lector podría esperar que se tratara de una historia de amor.  A fin de cuentas, parece que incluso en mi más que escueta sinopsis yo he hablado únicamente de amor, ¿verdad? Volved a leer la sinopsis que puse. Poned un poco de atención.
     Viaje al pasado es una novela sobre el paso del tiempo y la huella que este tiempo deja en las personas. Y también es una historia de recuerdos, de pasiones vividas y el afán o la necesidad de recuperarlas. El tiempo es algo constante, jamás se detiene, y las personas nos formamos poco a poco de cada detalle vivido. Quizás por eso choque alguna escena de las que Zweig incluye en el libro, sobre todo si hemos llegado esperando una historia de amor. Quizás la emoción de ese encuentro se deba más al recuerdo, acaso idealizado, de dos personas que se amaron y cuya pasión late de forma diferente durante el tiempo que se buscan. Los amores cambian también con el paso del tiempo, y eso no significa que se destruyan, solo cambian. Y si Zweig sabe de algo es de sentimientos. No necesita almibarar sus narraciones para que los lectores comprendamos perfectamente lo que nos quiere expresar, ya sea el enamoramiento platónico que puede que hayamos vivido, o el cautiverio que busca la libertad en un juego que acaba siendo una nueva cárcel. No es relevante si lo hemos vivido, lo importante es que lo comprendemos, lo sentimos en las palabras del autor. Y lo mismo sucede en esta novela que viene marcada con la impronta agridulce a la que sus lectores habituales ya estamos acostumbrados. Toda su obra tiene un regusto amargo, como si no pudiera evitar darnos en el hombro y decirnos: "¡Eh! Pero no olvides quien soy, nadie como yo para saber que la vida no es un cuento de hadas".  Y nosotros, los lectores, aún así seguimos leyendo y cerramos el libro pensando que lo bello no ha de ser necesariamente bonito.
     Me ha gustado Viaje al pasado. No es mi título favorito del autor, eso está claro, pero me gusta sumergirme en sus historias. Hay que leer algo de Zweig. Siempre. Y luego, decidir.
     Stefan Zweig es uno de esos escritores que uno descubre en un momento determinado, posiblemente con Mendel el de los libros o con Novela de ajedrez, y tiene la sensación de haber encontrado un tesoro. Entonces decide compartirlo con el mundo y descubre que todos lo conocían pero, por algún motivo, uno no lo había descubierto hasta ese día. Y a partir de ahí, de repente, lo encuentra por todas partes y siempre rodeado de buenas palabras, de elogios realizados por lectores de todo tipo. Casi pareciera una moda o un slogan: a todo el mundo le gusta Zweig. Solo que parece real, parece que es cierto que le guste a todo el mundo. O decidme, ¿os gusta Stefan Zweig?
     Gracias.

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