Viajes en el tiempo

Vistas desde la azotea del edificio del Campus Central de la Universidad de La Laguna.

“Imagina que tienes un don que te da poder para parar el tiempo. Cada vez que lo usas, todo se detiene a tu alrededor, y solo tu puedes moverte como si estuvieras en una fotografía en 3D. Pero un día lo haces, miras a través de tu ventana, y ves a una persona caminando.”

“Has muerto y estás con otros, en otra dimensión. Allí no tienes ni las necesidades, ni el sufrimiento ni las responsabilidades que tenías en este plano, así que, en lugar de echar de menos esta vida, eres feliz en esa otra mientras esperas que vayan llegando tus seres queridos. Pero te llegan noticias de que, por alguna misteriosa razón, los muertos están resucitando y regresando a sus vidas anteriores. Tú no quieres volver, pero una fuerza superior te devuelve a esta vida, con la misma gente, los mismos problemas, nada ha cambiado.”

Ambos textos citados son propuestas ejercicios de escritura creativa para inventar el resto del relato a partir de esos supuestos y tienen en común cierto transfondo de deseo de evasión que podemos sentir en algunos momentos.

¿Quién no ha deseado alguna vez poder controlar el tiempo o librarse de la presión de las cargas? Es humano. Cuando sentimos que “ya es demasiado”, es normal darle mil vueltas a la cabeza y pensar “si pudiera regresar en el tiempo…” o “si pudiera evitar lo que va a pasar” o “si pudiera librarme de mi presente”. Buscamos el momento ideal de la solución en otro tiempo o en otra realidad cuando no la encontramos a nuestro alcance.

A veces sueño que regreso a la casa de mi juventud de la mano de alguien especial y descubro allí habitaciones, pisos y objetos valiosos que no conocía. Tal vez esos sueños sean manifestaciones de ese deseo de viajar en el tiempo en busca de algo concreto: soluciones, explicaciones, oportunidades, recuerdos, personas… Ese deseo puede ser tan intenso que me hace preguntarme la posibilidad de que todo eso que llamamos “señales”, sincronicidades, etc, no sea más que nuestro yo futuro deseando poder estar aquí otra vez para aconsejarnos o tomar determinadas decisiones. Esas corazonadas… ¿podrían ser el eco de nuestra propia voz futura recordando este presente?

Pero, claro, si ahora la ciencia dice que la vida y la conciencia no se acaban con la muerte, y que la realidad no existe hasta que la inventamos e interpretamos con nuestra mente… ¿qué es la conciencia? ¿Qué son el tiempo, el espacio, la vida, la muerte, la realidad?

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