Mr Blank está en blanco. Encerrado en una habitación de la que ni sabe si puede salir, trata de encontrar sentido a su existencia mediante la lectura de unos legajos escrito por un tal Fanshave y la visión de una serie de fotos de personas de las que tiene vagos recuerdos.
Mr Blank, que es mayor y obviamente pudiera ser Auster recibe la visita de diversos personajes que lo son de algunas de sus propias novelas en una espiral metaliteraria (no se me asusten del término: la literatura que habla de la literatura) que parece un cruce de venganza y experimento.
Interesante. Nada austeriana , una prueba o una reflexión sobre su propia carrera. Raruna.
Si nunca han leído a Paul Auster ni se les ocurra, fuera del mismo Auster y como obra aislada, no tiene sentido.