El largo y polémico periplo de "I'm still here" comenzaba un día cualquiera en un programa cualquiera del aclamado showman David Letterman. El asunto es que ese día 'cualquiera' no tuvo precisamente un invitado 'cualquiera.' Era Joaquin Phoenix y su acompañante, su cuñado Casey Affleck. Completamente pasado de vueltas, con una barba y unas gafas de sol dignas del gran Eugenio, el protagonista de "Two Lovers" daba la voz de alarma dando a entender que "estoy colgao, dejo el cine y me paso al hip-hop." Todo un bombazo que dio pie a "I´m still here" y que gracias a Avalon desde hoy, está ya en nuestras salas. Si queréis comprobar en exclusiva como empezó todo tenemos a Joaquin Phoenix en el show de David Letterman.
Fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a la 48 edición del FicXixón y una de las grandes sensaciones de la Mostra de Venecia. Hablamos de "I'm still here," el esperadísmo documental de Casey Affleck sobre el supuesto salto al hip-hop de un supuestamente colgao, colgadísimo, Joaquin Phoenix, que, de la mano de Avalon, hoy viernes 11, llega por fin a nuestras salas. Lo hace tras confirmarse que todo ha sido un montaje, que la vida sigue igual. Algo que sin embargo, ni mucho menos desmerece el mérito de una inclasificable pieza que por encima de un curioso y particular falso documental, muchos se apresuraron a destacar como una estimulante e incomparable comedia bizarra tras su pase en Venecia y Gijón.
Así es, el polémico y controvertido documental de Casey Affleck sobre la decadencia de Joaquin Phoenix, destinado a ser tan amado como odiado, sorprendió gratamente a la mayoría de la crítica desplazada al certamen veneciano. Dato sorprendente al tratarse, como afirmaba Nando Salvá en El Periódico, de "una película que muestra más genitales masculinos que algunas películas porno, también muestra a Phoenix esnifando cocaína, contratando los servicios de prostitutas, practicando sexo oral con su publicista y, no es broma, siendo defecado en la cara mientras duerme."
Con estos 'sugerentes y delicados' credenciales "I'm still here" fue capaz de embaucar a la crítica gracias a su irreverncia y a su subversiva puesta en escena. Un auténtico ejercicio de estilo bizarro que no necesita de veracidad ni de rigor informativo para ser alabada como innovadora e incomparable pieza audiovisual. Así empezó todo: