Calificación: 7,000.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: Violeta se fue a los cielos.
Director: Andrés Wood.
Guionistas: Eliseo Altunaga, Rodrigo Bazaes, Guillermo Calderón, Andrés Wood.
Intérpretes: Francisca Gavilán, Cristián Quevedo, Patricio Ossa, Thomas Durand, Luis Machín, Vanesa González, Gabriela Aguilera, Roberto Farías, Marcial Tagle, Juan Quezada, Sergio Piña, Daniel Antivilo, Pedro Salinas, Ana Fuentes, Stephania Barbagelata.
Productores Ejecutivos: Paula Cosenza, Denise Gomes, Patricio Pereira, Pablo Rovito, Fernando Sokolowicz.
Fotografía: Miguel Joan Littin.
Música: Violeta Parra.
Montaje: Andrea Chignoli.
Dirección Artística: Rodrigo Bazaes.
Diseño de Vestuario:
Países: Chile, Argentina, Brasil.
Lugares de Rodaje: Santiago (Chile); Ciudad de la Luz, Alicante (España); Argentina; Museo del Louvre, París (Francia).
Fechas de Rodaje:
Año: 2.011.
Duración: 110 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Biográfica, Drama.
Estreno: 05-07-2.013.
Distribuidora: Surtsey Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 431.
Recaudación: 3.524,03 €.
Crítica:
16-07-2.013 – JOSU EGUREN
Destruir la métrica
«Escribe como quieras, usa los ritmos que te salgan, prueba instrumentos diversos, destruye la métrica» son palabras que forman parte del extracto de una entrevista de la televisión argentina a la pintora, bordadora, cantante, madre, amante y folklorista chilena Violeta Parra, pero a través de ellas también se significa el estilo de un 'biopic' onírico en el que Andrés Wood trata de aprehender la esencia de un alma libre e inabarcable.
Hacer presente a un personaje de tal magnitud es complejo, lo que empuja a Wood a esquivar la linealidad en la reconstrucción del mito para cambiar el paso de la narración por medio de episodios asíncronos que mapean la memoria fragmentaria de una de las grandes figuras trágicas de la canción latinoamericana. En este sentido, la primera secuencia de la cinta es reveladora: la cámara no nos transporta hasta el manantial de una infancia potrera y salvaje, sino que acompaña a Violeta en su viaje al corazón de una selva inhóspita donde tiene como misión rescatar del olvido un repertorio de canciones que hoy siguen formando parte del folklore funerario chileno. Lo que sucede a continuación se mueve entre la confusión poética del ensoñamiento y la (sobre)dramatización de unos incidentes que nos permiten teorizar sobre las razones que la abocaron al suicidio una vez que se consumaron sus dos grandes fracasos.
La ruptura con el músico y antropólogo suizo Gilbert Favre y el hundimiento de la gran comuna artística de La Reina polarizan el tramo final de un relato que no ambiciona comprimir en imágenes una empresa vital que existió más allá de los registros fonográficos, aunque Wood se encarga de insertar ciertos pasajes didácticos para conectar con los espectadores desinformados. Un registro preciso y meticuloso de la trayectoria de Violeta Parra hubiese sido posible, pero a costa de traicionar el espíritu de una mujer que entendía la creación como «un pájaro sin plan de vuelo, que jamás volará en línea recta».
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