La llegada del verano tiene un curioso efecto para los norteños, y como buenos castellanos, tendemos a quejarnos de todo, hasta del calor que parece emanar de la fragua de Hefesto , en esta ola de calor que cae sobre nosotros . Sin darnos cuenta , la naturaleza, si se sabe mirar, ofrece señales que sólo algunos oráculos creemos ver e interpretar ; el mismo día que se producía esa extraña conjunción en el SO de los planetas Jupiter y Venus ( Zeus y Afrodita) , mi calendario señalaba la muy deseada visita a Bodegas Valduero . Tras un breve paso por el Convento de San Pedro Regalado , por fin me dirigí a las Bodegas Valduero , entre Gumiel de Mercado y La Aguilera ; lo primero que llama la atención es la propia entrada a la bodega, atravesando viñedos y piedras grabadas como obeliscos , que dan la bienvenida al visitante, aunque la bodega no tiene el enoturismo como un objetivo relevante.
Vista de los viñedos en vaso desde la bodega
En este viaje no fui solo, sino que estuve compartiendo la visita con buenos amigos, Alvaro Cerrada @yalocatoyo y Lorenzo Ginés @lorenzogines , bodeguero y autor del blog Rueda la Bola ; nuestra visita sería guiada nada menos que por Yolanda Garcia Viadero , uno de los pilares de la bodega, y miembro del Consejo Regulador Ribera del Duero , que no esquivo en ningún momento nuestras punzantes preguntas, aunque sus respuestas quedan aquí a salvo; Valduero cuenta con 200 hectareas de viñedo , todas plantadas en vaso, con algunas viñas que superan los 50 años ; la parte principal de la bodega son sus tres túneles, que esconden las naves de elaboración, crianza y botellero, una obra tan curiosa como funcional que otorga un valor añadido sin dañar el paisaje , francamente interesante. Del proceso de elaboración del vino, destaco primero, el hincapié que Yolanda G. mostraba en la selección en viñedo de los mejores racimos, durante la vendimia, para así evitar que entrase demasiada uva a trabajar posteriormente en las mesas de selección.
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Otro factor diferenciador es la encrucijada que cada añada se le plantea a la hora de la crianza en barrica, jugando en ocasiones con hasta cuatro tipos distintos de roble, y aportando madera según las necesidades del propio vino , consiguiendo, como los vinos expresan de forma neta , un buen equilibrio entre la madera y la fruta, no dejando que la primera esclavice a la segunda , lo común en la Ribera del Duero ; punto aparte fue nuestra conversación/debate/encerrona con respecto a las variedades blancas en la zona, ya que esta bodega si elabora un vino blanco de albillo , aunque no pueda usar el sello de Ribera del Duero .
Bajo una de las colinas se esconde uno de los tesoros de la bodega, sus cavas subterráneas que alcanzan los 500m , y donde se esconde la membresía, lugar en el que muchos famosos y personas realmente relevantes han dejado su estampa ; el lugar rezuma misterio, sus techos aparecen como frescos naturales creados por la humedad , espero que las fotos que acompaño hagan justicia a este pequeño lugar.
Foto de grupo con Lorenzo Ginés, Yolanda Garcia y Alvaro Cerrada
La salida de la cava nos llevo directamente a recepción de la bodega , donde nos esperaba la mesa en la que íbamos a catar los vinos ; el frío que abraza la humedad nos hizo acercarnos a la chimenea encendida , aún sabiendo que el fuego real estaba al otro lado del cristal , en la misma calle ; pudimos probar los siguientes vinos, no me detendré en todos ya que algunos están en mi vinoteca, y merecerán tema aparte en el blog ; arrancamos con el Garcia Viadero Albillo 2014 , un vino con notas marcadamente tropicales que es una buena piedra de toque , para conocer como pueden ser en el futuro los blancos de la D.O. ; tras el pudimos probar el Valduero Rosado 2012 , un vino elaborado con albillo y tempranillo, a la usanza de los claretes que hicieron en tiempos, dar nombre y gloria a los vinos ribereños; un vino que escapa a las pastosas golosinas habituales en los rosados de la zona, pero que sin duda atrae el interés de los descubridores ; Valduero Crianza 2011 es un tempranillo con una crianza de dos robles distintos, y que aún hoy, muestra la fuerza de un vino de menor edad, ágil y ligero, al que aún le queda tiempo para crecer ; Valduero no sigue la moda de sacar añada por año, y como algunas de las bodegas más grandes, en caso de tener que saltarse una, no tiembla el pulso, lo que para mi es una muestra de honradez; el vino de autor se llama Valduero I Cepa 2011 , un vino en el que se nota también un cuidado especial, también al elaborarse menos cantidad y proceder de un único viñedo, lo cual permite su control total; vino que sigue mostrando sobre todo una fruta roja madura, elegante y con buena persistencia, interesante vino de guarda; la artillería mas pesada vino con el Valduero Reserva 2009 , un vino que representa muy bien esa gran añada, y que se mantiene en lo alto, tanto de color como de fruta, tras ya 6 años; con sus 36 meses de crianza en barrica y otros tantos en botella aparece el siguiente vino, Valduero Reserva Premium 6 años 2007, un vino de trago largo que dejaría a muchos jóvenes atrás por su capa brillante y cubierta, cuerpo medio y buena largura en boca, de esos que uno bebe como si fuese coñac, a solas y sin demasiado alimento sólido ; el fin de fiesta llegó con Valduero Gran Reserva 2005 , un señor ribera que deja vislumbrar alguna arruga, pero que mantiene su poderío.
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Larga fue la sobremesa, arreglando los males del mundo del vino entre trago y trago, hasta que llegó la hora de volver al redil , y algunos tenían un buen viaje de vuelta ; muchas notas mentales mientras viajaba, sensaciones y sobre todo esperanza, en que Yolanda desde el Consejo Regulador, pueda guiar a más bodegas por el camino correcto, por el camino que sigue Valduero, la búsqueda con franqueza del mejor vino posible en la zona .
Agradecer a Yolanda sus atenciones con nosotros, así como a Cesar y Belén del equipo de la Bodega, a Mikel por su buen trabajo organizando el evento con tiempo, madurando las ideas con tiempo ; también por supuesto a Lorenzo Ginés por su esfuerzo en el viaje y así poder conocerle en persona; dejo para el final del bueno de Alvaro Cerrada, tan lleno de simpatía como de buen hacer, al que espero no tardar mucho en volver a ver, que así plazca a los dioses.
R.
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