Voz

foto tomada de ffffound.com Cuatro paredes. 12 cuerdas. 2 voces. 2 micros. 2 amplis. Un cerrojo. Decenas de proyectos por ahí rondando. Suenan los primeros acrodes de aquellas canciones que siempre creí inalcabzables. Están ahí y son para nosotros. Para disfrutar tranquilamente de los clásicos, porque es en los clásicos donde podemos refugiarnos en esta tormenta. Ahora que tú no quieres verme puedo refugiarme en las canciones acústicas más interesantes de los últimos 30 años. Digo 30 porque la estadística y la numerología siempre quedan bien. Me gusta. Me he atrevido a cantar, sí, pensaba que de esa manera alguien podría oirme al otro lado de la puerta. Más allá de los perros y las ausencias. Más allá de la noche. Entonces sonó Nacho Vegas y mis manos fueron libres. Y mis palabras, que eran las palabras que alguna vez quiso pronunciar su autor, se perdieron en el aire. Ya lo decía Claudio Rodríguez: dad al aire mi voz y que en el aire sea de todos y la sepan todos.