Revista Psicología

Vuelta al Cole

Por Centro Psiconet

Se acaban las vacaciones y los niños ya ven cerca la vuelta al cole. Pasan de horarios flexibles y de ocio sin parar, a las rutinas, las obligaciones… del día a día.

Para muchos niños, la vuelta al cole no supone ningún problema más allá de la propia pereza o la falta de ganas. Sin embargo, para otros niños, supone una adaptación brusca y difícil de gestionar. Para estos niños, lo más conveniente  es instalarles en casa y empezar con las normas y tareas habituales de la casa, al menos una semana antes de comenzar el colegio, para que así la vuelta no sea tan brusca.

Durante las vacaciones hemos podido ser más flexibles y establecido rutinas más relajadas y divertidas. Es por ello, que algunos niños se resisten un poco a volver a la firmeza de antes.

Para lograr una buena adaptación, podemos seguir algunas claves:

  • Crear y respetar el proceso de adaptación. Volver a las rutinas paso a paso. Que se adapten poco a poco a las rutinas aprendidas y nuevas rutinas que queramos establecer.
  • Establecer un horario en el que de manera progresiva se vayan adaptando. Si en verano se levantaban a las 10-11 y de repente les levantamos a las 7, el cambio es tan brusco que no se encontrarán bien y les costará llegar al final del día. Por ello, es mejor ir adaptándole al horario, tanto antes como después de acostarse, para ir generando hábitos más adecuados.
  • En relación a los horarios, también suele ser conveniente recuperar ciertos rituales, en especial, los rituales del momento de la comida y del sueño que se tenían, como:
    • Rituales ante las comidas: lavarse las manos, sentarse en su silla, no permitir levantarse de la mesa, esperar a que acaben todos, etc.
    • Rituales ante el sueño: baño, pijama, cuento, etc.
  • Vuelta al Cole
    Volver a actividades extraescolares y deportivas. El volver a retomar ciertas actividades, no solo ayudará a entrar mejor en rutinas saludables, sino que además, conseguiremos que el niño mantenga momentos de ocio durante la semana. No obstante, podremos esperar hasta octubre para ello. Es muy importante que las retomen, pero puede hacerse después de haberse adaptado al colegio y a los madrugones.
  • Mantener momentos de ocio familiar. Durante el verano, los niños pasan bastante tiempo con sus padres y hermanos. Al llegar el inicio del colegio, parece que todo se para y se corta. Sin embargo, estará bien, que se mantengan algunos planes como ir al parque, jugar juntos en casa… y así que el cambio tampoco sea tan brusco.
  • Transmitir mensajes positivos. A casi nadie le gusta dejar la relajación del verano, para meterse en la rutina y en el estrés laboral. Sin embargo, los niños aprenden de lo que ven, y si nosotros les mostramos frases como “uf, mañana al trabajo, ¡qué horror!”, “tengo depresión postvacacional”… son mensajes que no ayudan. Cambiarlos por mensajes como “vuelvo con las pilas cargadas”, “tengo ganas de ver a mis compañeros”… favorecerá que ellos empiecen más animados.
  • Preparar las cosas con ellos, la mochila, el material, forrar los libros juntos, preparar el lugar de estudio… para que así tengan más ganas de empezar y tengan ilusión.
  • Mostrarse comprensivos ante posibles dificultades de adaptación. Cada niño necesita su tiempo y llevará un ritmo diferente. Si tarda un poco en adaptarse, lo mejor será escucharle a ver qué puede estar pasando y tratar de buscar juntos soluciones.

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