(JUAN JESÚS DE CÓZAR).- Jim Caviezel es, sin duda, uno de los actores más honestos de Hollywood. Sin embargo, algunos pensábamos que su carrera quedaría truncada después de su comprometida –y extraordinaria– actuación en La Pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004).
Como es sabido, la película irritó a determinados sectores, que levantaron una polvareda en la que también se vio envuelto el actor debido a sus sinceras declaraciones de apoyo al filme. La polémica favoreció la taquilla, que alcanzó una espectacular recaudación mundial: más de 600 millones de dólares, para una película que había costado 25. Pero muchos presagiaron el fin de la carrera de Caviezel.
Han transcurrido 10 años y la realidad ha desmentido esas negativas previsiones, porque desde entonces el actor ha intervenido en 11 largometrajes y en dos series de televisión: The Prisoner y la exitosa Person of Interest, estrenada en España con el título Vigilados. Se entiende que, una vez asentado el polvo, se fueron disipando los perjuicios y no le han faltado ofertas de trabajo, quizá precisamente por su personalidad ajena a excentricidades: por su normalidad, en una palabra.
James Patrick Caviezel nació el 26 de septiembre de 1968 en Mount Vernon, Washington, en el seno de una familia católica muy unida. Bien dotado para el baloncesto, soñaba con jugar algún día en la NBA, pero una lesión en el pie acabó con ese sueño. Esto motivó un cambio en su orientación profesional y optó por dedicarse a la interpretación. Después de realizar pequeños papeles, le llegó su gran oportunidad con el idealista soldado Witt en La delgada línea roja (Terrence Malick, 1998). Su actuación le valió el reconocimiento de la crítica y le aseguró la llegada de contratos para nuevas películas.
El año 2002 tomó una decisión que sorprendió al mundillo cinematográfico: por coherencia con sus convicciones religiosas –así lo declaró–, dejaría de aceptar papeles que le exigieran realizar alguna escena “de cama”. Una resolución que con seguridad alegró a su mujer Kerri, con la que se casó en 1997, y que ha mantenido con firmeza.
Viene todo esto a cuento del estreno en USA hace dos semanas de When the Game Stands Tall, una cinta en la que Caviezel es protagonista absoluto. La cinta, dirigida por Thomas Carter, cuenta la historia real de Bob Ladouceur, leyenda viva (tiene 59 años) del fútbol americano en los Estados Unidos.
Ladouceur, católico de nacimiento y profesor en el instituto católico De la Salle High School de Concord (California), alcanzó un sorprendente récord como entrenador de fútbol americano: acogió a un equipo que no había ganado nada desde su fundación en 1965, y con él cosechó 151 victorias seguidas entre 1992 y 2004. En total ganó 69 títulos en 12 años. Un éxito aún más insólito si se tiene en cuenta que lo esencial de su técnica fue la motivación y la integridad de sus jugadores: se pasó 13 años infundiendo en ellos una mentalidad de lucha, esfuerzo, ilusión y honestidad que generó esa racha de triunfos sin precedentes.
“Ladouceur no les pedía a sus jugadores que fuesen perfectos –explicó Caviezel– pero sí les desafiaba a entregarse con un esfuerzo perfecto”. Fiel a esta filosofía, el objetivo de la película no es reflejar cómo los protagonistas consiguieron tantos éxitos, sino mostrar cómo lograron ser mejores personas gracias al trabajo de Ladouceur.
When the Game Stands Tall lleva recaudados 20 millones de dólares en USA y otros 15 fuera de ese país. Su estreno en España está previsto para el próximo 19 de septiembre y confiamos en poder publicar en su momento la oportuna reseña. Por ahora os dejamos con su poderoso y sugestivo tráiler.