Vuestras consultas: Miedo al ruido

CONSULTA:

Mi hijo de 5 años y 4 meses le tiene miedo a la pólvora, específicamente al sonido que produce ésta, le da miedo a lo que llamamos popularmente en Costa Rica "LAS BOMBETAS". Cada vez que vamos a alguna actividad se pone a llorar, le da mucho miedo y hasta se pode histérico. Yo le he explicado que la pólvora no hace daño pues se impulsa hacia arriba, hasta donde están las nubes, que no hay que jugar con ella porque quema.

Consulta: ¿Se puede o se debe obligar a un niño tan pequeño a que venza el miedo obligándolo a estar cercano a la actividad donde se quema la pólvora? El inconveniente es que mi pareja lo quiere obligar, yo quiero que el miedo lo vaya venciendo poco a poco, pero sin forzar. Muchas gracias por la respuesta o consejo que me puedan brindar.

RESPUESTA:

Estimado lector/a del blog:

Existen numerosas investigaciones con respecto a los miedos infantiles y a su aparición según la edad del niño. Así, encontramos miedos a muy diversas situaciones, objetos y personas, la mayoría de los cuales serán superados con éxito durante el transcurso evolutivo del pequeño.

Sin embargo, hay que considerar que, aunque este tipo de miedos tiendan a superarse por sí solos, existe la posibilidad de que alguno de ellos quede algo estancado, de manera que aún a pesar de seguir creciendo, puede ocurrir que el niño continúe manifestando una serie de síntomas emocionales y cognitivos en relación al objeto o situación en particular.

Podemos poner el ejemplo de un adolescente que aún continúa teniendo miedo a la oscuridad y no consigue dormir bien por la noche, algo que puede ocurrir por muy diversos motivos.

Pero centrándonos en el caso que planteas y tratando de darte una respuesta, quizá lo más relevante sería cuestionarse si es realmente necesario involucrar en este tipo de actividades a un niño tan pequeño. Es decir, aún a pesar de tratarse de una práctica culturalmente aceptada, ¿supondría algún inconveniente o desventaja que el chico tomara su espacio en relación a ella?

Quizá la solución no esté en evitarla del todo, sino más bien en no obligar al pequeño a estar tan en contacto con este tipo de ruidos, de manera que sea él quien, con el tiempo y al ver a sus amigos hacerlo, acabe por sentir interés por esta práctica.

En caso de intentar que esta actividad le guste “por la fuerza” no hará más que acrecentar su miedo, de manera que el problema pudiera mantenerse por más tiempo.

Si tienes algún problema y te apetece que lo comentemos en nuestro blog de forma anónima no dudes en contactar con nosotros a través de nuestro formulario de contacto. Nota: Nuestras respuestas no son sustitutivo de un tratamiento psicológico.

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