Revista Cultura y Ocio

Warcry: alfa

Publicado el 27 diciembre 2012 por Alberto CaÑas @albertocmolina
WARCRY: ALFA
Entiendo que, después de unos discos que no convencieron del todo, algo como Alfa suene mejor. Las comparaciones son odiosas, siempre estamos con la misma cantinela, pero también hay que reconocer cómo los asturianos y metaleros WarCry se han currado la grabación, mezcla y posterior masterización del sucesor de Revolución (2008). Tiempo han tenido para esmerarse, pero tampoco les quitemos mérito. El resultado, un trabajo de estudio en el que prima un ágil Power Metal de bien alto, más cerca del 7 que del 6. ¿Entonces por qué no un notable? Trato de explicarlo más abajo,  pero adelanto que si no ha  obtenido una calificación mayor ha sido por no colmar todas mis expectativas. Echo en falta una segunda parte de listado más acorde con el buen comienzo del CD.
Unas expectativas que, con la primera pista, no podían ser más altas. Alma de conquistador es de esas con las que te vienes arriba… literalmente, para ponerse en pie si por casualidad la estás escuchando desde el sofá. Comienza despacito, como cuando los hombres de William Wallace se acercaban al enemigo sigilosamente en Braveheart, por ejemplo, qué sé yo, y luego a la carga con lo que se tenga a mano, incluida la gaita. Así salen los asturianos, en tromba, con una explosión de sonido como la que ilustra la carátula del álbum. Pura épica que continúa con La muerte de un sueño. Más versos sobre batallas, triunfo y muerte, pero con un ritmo aún más frenético, más power metalera que la anterior, sin duda, con el batería Rafa Yugueros y el teclista Santi Novoa percutiendo sin descanso.
Y como no hay dos sin tres, Cobarde también empieza suave, aunque en este caso se podría decir que no abandonamos del todo  esta “suavidad”. Estamos ante uno de los temas más diferentes y melódicos de Alfa. No obstante, y pese a que así escrito puedas imaginártelo de otro modo, los toques de Hard Rock y  su  moraleja contra el maltrato machista (“maldigo al que pegue a una mujer”) convencen y mucho, con permiso del guitarreo de turno, cómo no. Por cierto, temática la suya, la del amor, el desamor, la pasión, etc., que es la otra gran temática del álbum. 
La misma que encontramos en Tan fácil y su Power Metal frenético. Ni de lejos lo mejor del listado, pero esta canción es de esas que hacen piña y todo disco necesita para no resumirse sólo en tres o dos muy buenas. Pero luego la cosa se tuerce… y que nadie piense mal, sigo refiriéndome al álbum. Recuérdalo, qué título tan apropiado para una canción difícil de olvidar. Y es que ella solita se carga el ritmo y las buenas sensaciones del arranque del tracklist. Muy desconcertante, un cruce entre Camilo Sexto y el Friends Will Be Friends de Queen. Llámame loco.
Un punto de inflexión que pone muy difícil recuperar las citadas sensaciones —de hecho no las recuperaremos— y eso que la siguiente, Amistad, pese a su título y ese final “lo importante de este mundo es tu amistaaaaaad” vuelve a encauzar la situación. Después llega el turno de Apariencias. Flojita, ni fu ni fa, aunque cuenta con el aliciente de ser la única del álbum que no compuso el vocalista Víctor García, sino Pablo García. Y hablando de Víctor, paréntesis o punto y aparte, sí, punto y aparte.
No sé si es él quien se parece a Sergio Dalma, o Sergio Dalma quien se parece a él, pero al menos en Ardo por dentro a mí me recuerda muchísimo el timbre de voz del uno al del otro.  No sé cómo ha quedado esta manera de hilar temas, aparte de absurda quiero decir, pero sigamos ya que están hilados. Cómo nos enchufa de nuevo Ardo por dentro. Empieza que sí que no con el teclado, pero  qué poco le falta para hacernos rugir tal y como canta el propio Víctor. Tardamos algo más en entrar en calor, pero ya lo creo que entramos en calor gracias a esta nueva dosis de Power con un regusto sureño a lo Medina Azahara. 
Todo es infierno se la juega con una muy buena carta. Baza que no es otra que los riffs más potentes de todo el disco,  de hecho cualquiera diría que las únicas seis cuerdas son las de Pablo García —con permiso del bajo de Roberto García—. Y para terminar, qué mejor que hacerlo con Libre como el viento y no olvidar en qué consiste Alfa. De menos a más (cada canción en sí, al revés que en el caso de las canciones entre sí), con un Víctor más melodioso que en anteriores etapas de la banda, con una base power metalera menos revolucionada que antaño y en la que no es difícil encontrar toques o variantes de Hard o Heavy sin necesidad de pegar la oreja al altavoz. Posiblemente de lo mejor que el Metal español ofreció en 2011.
1. Alma de conquistador
2. La muerte de un sueño
3. Cobarde
4. Tan Fácil
5. Recuérdalo
6. Amistad
7. Apariencias
8. Ardo por dentro
9. Todo es infierno
10. Libre como el viento

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