Revista Arte
Quien entra en mi blog con cierta frecuencia sabe que soy un catacaldos. Se habrá dado cuenta de que se me va el tiempo y el dinero en probaturas. También de que hay ciertas cosas que aparecen una y otra vez, que ya están en plantilla, que quien esto escribe no puede prescindir de ellas. Son pocas, pero se han convertido en materiales a los que recurro una y otra vez, cuando quiero ir a lo seguro, cuando no voy de pruebas, sino a trabajar. Una plumilla Principality de Gillott. tinta china de barra, cinco tintas que utilizo siempre, pinceles de Escoda, acuarela ultramar de Van Gogh y papel de Garzapapel. Últimamente estoy probando las acuarelas de Daniel Smith y me estoy quedando atrapado por sus tonos y por su granulación, aunque me faltaría probar más colores de su gama extensísima. Cuando elija unos pocos de ellos, seguramente tenga decididos todos mis materiales para pintar acuarelas, que son los del título de esta entrada. Son las dos acuarelas anteriores dos distintos tramos del Parque Lineal de Albacete. Pintados en Garzapapel, el primero de 300 gr. El segundo de 500, en una muestra de este papel que amablemente me han enviado desde la casa junto a mi último pedido. Este último papel lo fabrican con dos diferentes niveles de encolado, y en este caso he utilizado el más encolado de ellos. Todos los papeles de Garzapapel me han dado buenísimos resultados. Por su delicada textura, su nobleza, su capacidad de aguantar el agua sin combarse, su aspecto y comportamiento con tintas o acuarelas. Este papel más encolado permite hacer cualquier cosa que otros difícilmente soportarían. Rascar, levantar la pintura mojándola de nuevo con el pincel, ideal para técnicas en húmedo, pues tarda en secar y da tiempo a mezclar, añadir... y quitar. Extraordinario. En la siguiente ampliación se puede ver lo agradable de su grano, presente pero delicado. De paso se puede apreciar en estos detalles ampliados la granulación que se consigue con los pigmentos Primatek de Daniel Smith. Si lo que se busca es ese efecto, nada hay mejor. Además los pocos colores que he podido probar, imposible de encontrarlos en España, tienen unos tonos austeros que mezclan bien y ofrecen una transparencia increíble. Espero poder disponer de más variedad.
Otros árboles pintados con los materiales que se comentan, buscando limitar la paleta al máximo. El color es importante. Las valoraciones infinitamente más. Cuando uno está aprendiendo, es mejor no pasarse de pinturero, cosa que distrae, alegra la vista, pero falsea y lleva al error de una resultado plano. En la ampliación del detalle se percibe bien la granulación de las Daniel Smith. Lapislázuli, sodalita y jadeíta. Maravillosos pigmentos.
Algo más alegre de tonos, el rojo en realidad es una tinta. Delta, por más señales. La compré buscando una tinta roja de verdad para mi amigo Joshemari Larrañaga. Creo que no hay más tinta roja que alguna de las que hace años usaba en mi estilográfica para corregir exámenes y seguramente sería porque no las diluía con agua. Eran Quink de Parker y Pelikán, pero no las he encontrado ahora. Después de probar una docena de rojos, en realidad eran maravillosos tonos burdeos, borgoñas, riberas del Duero y otros caldos. Pero rojo, lo que se dice rojo, ya no hay. Esto es lo más parecido. Habrá que cargar la pluma con acuarela líquida Vallejo y que sea lo que Dios quiera. Una barata, eso sí. Probaré con una de mis nuevas plumas chinas. El resto, vuelvo a la austeridad del jade y la sodalita, mezclada con un poco de amarillo cadmio. Por lo pronto se puede ver que tintas y acuarelas se llevan bien. La uniformidad de la tinta, totalmente cubriente, que tapa el grano del garzapapel de 180 gramos, proporciona una suavidad que contrasta con la granulación de las Daniel Smith. Habrá que experimentar más con estos contrastes y mezclar tintas y acuarelas. Me dirán que no es acuarela pura. Ya se me ocurrirá algo que contestar.
Aquí unas fotos de mis materiales favoritos: Papeles de Garzapapel, de Alcoy, de una zona donde se hace papel (paper) desde hace mil años, siglos antes que otros molinos de gran renombre. Envían muestras gratuitas, cosa casi inconcebible en los tiempos que corren.Pinceles de Escoda, algunos de ellos en uso desde hace muchos años, otros muy nuevos. Nuevos o antiguos, siempre excelentes, fiables y duraderos. Los pigmentos son de Daniel Smith. Con materiales excelentes se pueden hacer cosas horribles, pues nada hay tan fácil que no se pueda hacer mal, pero cuando uno no es un genio no nos falta más que estar luchando contra unos pigmentos mediocres sobre un papel inadecuado, armados con un mal pincel. Por eso hay que utilizar lo mejor que pueda uno permitirse, no vaya a ocurrir que nuestra obra cumbre vaya a nacer al dorso de un albarán. Dios no lo permita.