O sea que Tim Hetherington, era un fotografo de guerra o un fotoperiodista. Y su historia de vida, corta porque murió a los 41, versa sobre las guerras que a través de su lente observó. Pero a él no le gustaba ir a las guerras a fotografiar balas, edificios caídos y cosas así, si no que a él le gustaba adentrarse en la comunidades, intentar convertirse en uno más de las personas de esas comunidades, pueblos, ciudades y ahí con la confianza ganada, tomar fotos de la vida humana de esas personas, sus cotideanidades. Y es así también como con el paso de los años, viajando de un lugar al otro, llegó a las guerras que en los países como Libia, Irán, Afganistán, Irák, nunca han dejado de suceder.
La primera parte que muestra el documental, donde es el propio Tim, quien nos cuenta sus andanzas, es bien interesante y como que uno siente una gran simpatía por él. Así como por los compañeros "journalistas" casi todos ingleses como él, que lo acompañaron en muchas de sus aventuras. Hasta ahí vamos bien. El problema que me dio un poquito de guacalas y casi que le hice al Rewin para acelerar los procesos, fue cuando va a Afganistan, con las tropas norteamericanas, hacer una estadía con ellos y a tomarle fotos a los soldados gringos. Ahí la verdad las arcadas no dejaban de aflorar. Porque o sea lo que tu quieras Tim fotografo, pero la guerra de Afganistán es un invento de los gringos conchas de sus madres (chinguen a las mismas) y nada más. Entonces ir, estar con ellos, seudo vivir, seudo sufrir y mostrarlos como los jóvenes mártires, anda a cagar realmente. Y que para colmo salga de esa estadía un docuemntal Restrepo, que ganó el Óscar más encima, o sea no te explico lo poco que me estaba gustando este documental.
Pero después las cosas se acomodan o volvemos a la seudo esencia de Tim y éste pese a que quiere alejarse de la guerra, regresa a su Inglaterra natal, conoce a una chica, se ponen a pololear (novios) y él quiere como tener algo formal, armar una historia con alguien, de pronto le llegan novedades que en Liberia está la cagada como siempre y el bichito del fotoperiodista, vuelve a surgir. Pero esta vez las cosas no saldrán tan productivas como antes...
Digamos pues que pese a los pesares, el documental está super bien hecho, por su amigo y compañero de viajes, Sebastian Junger, cuenta con todas las imágenes de archivo que los padres de Tim, prestaron para el trabajo y son realmente buenas fotos. Muchas de ellas además van con voz en off del propio fotografo, lo que hace muy interesante el resultado, ya que uno conoce la previa para alcanzarlo. También están las fotos que quedaron cuando ya no había Tim, las semblanzas que todos aquellos que lo conocieron cuentan, incluídos sus padres, la novia, los amigos, los journalistas. En materias de aprendizaje, si usted como yo, no tenía idea de quién era Tim Hetherington, pues ahora lo sabrá y al conocimiento uno no le hace el feo.
Recomendada!!!
SINOPSIS:
Cuando el condecorado fotoperiodista Tim Hetherington pasó un año en Afganistán filmando su película nominada al Óscar Restrepo, se enfocó en los pequeños momentos que hacían real la guerra. De Liberia a Libia, en donde fue asesinado en un ataque de mortero en 2011, el material de Hetherington expresa una raro sentimiento de intimidad en contraste con la violencia que lo rodeaba. Ese fue su perdurable regalo.CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Which way is the front line from here?, Estados Unidos, 2013.Director: Sebastian Junger.
Género: Documental.
Duración: 78 minutos
Guión: Sebastian Junger.
Música: Joel Goodman.
Fotografía: Topaz Adizes, Kristana Textor, Jeremiah Zagarmi septima pasion