Revista Asia

Wikileaks en Singapur

Por Tiburciosamsa

Me gusta oír a Lee Kuan Yew cuando da conferencias. Es agudo e incisivo y no se corta un pelo. Dice las verdades del barquero con la seguridad del que sabe que ya no tiene nada que demostrar y que para lo que le queda en este valle de lágrimas, mejor darse la gozada de largar todo lo que piensa. Si ése es el Lee Kuan Yew que habla en público, imaginémonos cómo será el que habla en privado. Gracias a Wikileaks ya lo sabemos.

El “Straits Times” en su edición del 1 de diciembre transcribió un cable que recogía una conversación que mantuvo en mayo de 2009 Lee Kuan Yew con el Subsecretario de Estado norteamericano James Steinberg.

Entonces, como hoy, Corea del Norte estaba de moda. Lee Kuan Yew calificó a los líderes norcoreanos de “psicópatas”. En mi opinión ahí equivocó el adjetivo: paranoicos, implacables y desalmados me parecen más ajustados, pero aceptaré el adjetivo. Lee Kuan Yew debe tener algún antepasado gallego, porque si no, tanta retranca en un asiático no se explica. Al referirse al líder norcoreano Kim Jong Il lo define como ese tipo de aspecto descuidado (vaya, no soy el único que se había fijado en los peculiares trajes y peinados de Kim) que “recorre los estadios buscando que le adulen.” Refiriéndose a la sucesión de Kim, que puede ocurrir en cualquier momento, se pregunta si su sucesor sera tan implacable y duro como Kim Il-Sung y Kim Jong-Il. Viendo las fotos recientes de la carita gordezuela del sucesor ungido, Kim Jong-Un, tengo mis dudas. Pero bueno, si no es él, siempre habrá alguien del régimen cerca dispuesto a ordenar una atrocidad, a la que él solo tendrá que decir amén.

Como ocurre con el caso de Birmania, todos tenemos claro que en cualquier solución que se dé al caso norcoreano la opinion de China sera clave. Lee piensa que a China no le gustan ni una Corea del Norte nuclearizada ni un regimen norcoreano que colapse súbitamente de forma que el país sea absorbido por Corea del Sur. Eso sí, puesta en la tesitura, China prefiere una Corea del Norte nuclearizada que una absorbida por el sur.

Para Lee Kuan Yew el problema de una Corea del Norte nuclearizada es el ejemplo que puede dar a Irán. Mientras que una Corea del Norte nuclearizada puede ser contenida, no cabe decir lo mismo de Irán. En mi opinión una Corea del Norte nuclearizada ofrece un nivel de peligro sólo unas décimas por debajo del de Irán. Corea del Norte se encuentra acorralada y buscando divisas como sea. Sus tratos, entre otros, con los generales birmanos muestran que no tiene escrúpulos a la hora de vender materiales nucleares a cambio de divisas. Una Corea del Norte nuclearizada es como soltar a un tipo deprimido y borracho en un centro comercial con un subfusil; puede que ocurra algo, o puede que no, pero mejor no quedarse a comprobarlo.

Lee Kuan Yew reitera su conocida posición sobre que no debemos asustarnos por el ascenso de China. China no es “estúpida” y no repetirá el error de Alemania y Japón que desafiaron el orden existente (nótese que por alusiones ha llamado estúpidos a los alemanes y los japoneses). La economía china ya es la tercera, por detrás de las de Japón y EEUU, y la separación se va acortando, ya que mientras que China crece entre el 7 y el 9% anuales, EEUU y Japón lo hacen entre el 2 y el 3%. En términos de poder lo que cuenta es el PIB y no el PIB per cápita. Una observación adicional de Lee Kuan yew que me ha encantado: dado los lazos estrechos que tiene Pekín con Laos, Camboya y Birmania, lo que se discute en las reuniones de ASEAN es conocido en China a las pocas horas. O sea, cuando ese Embajador laosiano sale en medio de una reunión a echar un pis, en realidad está yendo a hacer una llamadita a Pekín para contar lo que están discutiendo.

Su consejo para EEUU es que se lleven bien con los chinos y utilicen su “soft power”. Les recomienda que traben vínculos con los jóvenes. Los jóvenes chinos mejores y más valiosos quieren estudiar en EEUU. Incluso llega a sugerir que se invite a cadetes chinos para que se gradúen en West Point, junto a los cadetes vietnamitas e indios que ya están allí.

Lee Kuan Yew tiene muchos contactos con China y por eso sus comentarios sobre la situación política allí siempre son especialmente importantes. Piensa que China ya no vive la época de los hombres fuertes, sino la del sistema. Es el sistema y su defensa lo que manda. Así, Jiang Zemin no quería que Hu Jintao le sucediera, pero el sistema se lo impuso.

Hablando de la sucesión en China, Lee Kuan Yew apuesta por el Viceprimer Ministro Wang Qishan como sucesor del Primer Ministro Wen Jiabao. Si es Lee quien lo dice, yo empezaría a centrar mi atención en Wang.

Finalmente, hablando de Japón, el cable dice: “El Ministro Mentor señaló que había aprendido como resultado de haber vivido tres años y medios de ocupación japonesa en Singapur que la gente obedederá a unas autoridades que pueden negarles alimentos, ropa y medicina.” Lee Kuan Yew aprendió eso y mucho más y en sus memorias no se recata en contarlo:

Los tres años y medio de ocupación japonesa fueron los más importantes de mi vida. Me dieron ideas muy vívidas sobre el comportamiento de los seres y sociedades humanos, sus motivaciones e impulsos.(…) Vi cómo todo un sistema social se derrumbaba de repente ante un ejército de ocupación que era absolutamente despiadado. Los japoneses pedían obediencia total y la obtenían de casi todos. Casi todos los odiaban, pero todos conocían su poder para hacer daño y por ello todos se ajustaban. (…) La Administración Militar Japonesa gobernaba extendiendo el miedo. No fingía un comportamiento civilizado. El castigo era tan severo que el crimen era raro (…) Como consecuencia nunca he creído a quienes abogan una aproximación suave al crimen y al castigo, diciendo que el castigo no reduce los crímenes. Ésa no fue mi experiencia en Singapur antes de la guerra, durante la ocupación japonesa o después.”

Si alguien sigue teniendo curiosidad sobre las filtraciones de Wikileaks, le recomiendo que lea la entrada que JdJ ha publicado al respecto en su blog www.historiasdenispania.blogspot.com. Después de leerla, seguro que dedica su curiosidad a temas de más enjundia como las últimas declaraciones de Belén Esteban.


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