Cocina de toda la vida en un marco de ahora. Así define Natalia Jumnakalap (artífice del archiconocido Krachai) su nueva apuesta en la capital. En esta ocasión, poco tiene que ver con la cocina tailandesa. Wilbran se viene de oriente a occidente y represente sabores y esencias de la típica tasca española con un punto cuidado y contemporáneo.
La tortilla española hecha como en casa (muy jugosa), los calamares fritos, los pucheros de la madre de Natalia y las carnes de Jiménez Barbero se erigen como estrellas de una carta muy pensada para compartir y picotear incluso en la tarde-noche, un delicioso concepto non-stop en Alonso Martínez en el que la ensaladilla rusa es otro imprescindible (riquísima).
Wilbran se esconde tras una fachada típica de principios del siglo pasado y guarda en su interior auténticos tesoros estéticos, originarios de la casa de comidas que hasta hace poco albergó el local. Su barra de roble, sus floridos azulejos de cerámica y los suelos hidráulicos lo denotan y dotan al espacio de esa autenticidad que luego se encuentra en la carta. Los tintes de modernidad se aprecian en los coloridos tapices de sillas y banquetas o las mesas de madera desnudas que aportan informalidad. Funcionalmente, Wilbran cuenta con una zona de tapas con mesas altas, una de comedor en dos alturas y un reservado con mesas vestidas de mantel largo para encuentros más íntimos y reuniones de trabajo.
La calidad prima, por mucho que se trate de un local de diseño y tendencia, el rabo de toro, por citar otro ejemplo, hace la boca agua y el atractivo entorno, con buen ambiente a lo largo de todo el día, gustará seguro a todo comensal. Vinos y copas se alargan hasta la noche cuando sube la música y se atenúan las luces, haciendo de Wilbran un local perfecto para todo momento.
Orellana, 19.
Precio medio: 30 euros, plato del día: 9 euros.
Tlfn. 91 308 38 08
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