Eh... No, con esa no. La Anne Hathaway que contrajo nupcias con mi amado William Shakespeare, el cual a mis ojos tenía una imagen más hollywoodiense, atlética y agradable a los ojos, es decir, la de Joseph Fiennes, y no la de un hombre con unas entradas del tamaño de una pista de aeropuerto, cara de pocos amigos y con un pendiente que parece más bien parte de la crisis de la mediana edad que algo cool que llevar para engatusar a las féminas. Dejadme vivir en mi mundo de fantasía. Muchas gracias.
He's sexy and he knows it
Una noche, movida por Claire y Leo (más por uno que por otro) recitando versos a ritmo de Garbage y en una Verona que bien podría ser escenario del Grand Thief Auto, cogí "Romeo y Julieta" sin alcanzar a imaginarme qué llegaría a pasar después. Me había conquistado.¿Qué clase de escritorzuelos había estado leyendo hasta ese momento? Me daba vergüenza el sólo mencionarlos. Menudos amateurs. ¿Qué clase de basura había pasado por mis manos? Todos mis años de primaria y parte de los de secundaria tirados a la basura.
No era de extrañar que, a mí, que se me conquista con la buena gramática y buen uso del lenguaje
OBVIAMENTE, no había chico en clase que estuviera a la altura de semejante hombre. Bueno, técnicamente, sí, porque estoy segura de que, teniendo en cuenta su época, era alguien bajito en comparación con los armarios andantes que pueblan nuestra superficie terrestre a día de hoy pero, figuradamente, no. Y un no rotundo. Si uno me hubiera hablado con palabras anticuadas, en sonetos y llevando unos leotardos, otro gallo cantaría. Pero ninguno lo hizo. Ellos se lo perdieron y ahora ya es tarde.
Hubiese sido un buen comienzo...
Feliz como una perdiz, llegué los siguientes días a clase con mi copia de Romeo y Julieta bajo el brazo para releer durante mi viaje en bus porque había algunas frases que sólo había leído como unas 326 veces, ¿VALE? Y no eran suficientes. No juzguéis. Seguro que vosotros hacéis cosas peores...
Y mientras mis amigas comentaban el último capítulo de UPA y lo buenorro que estaba MAM, yo estaba enfrascada en mis dramas de época, muertes, traiciones, insultos, comedias de enredo y de faldas, frases ñoñas y largos versos que siempre resultan prácticos para decir en momentos de desdicha, de júbilo o, simple y llanamente, para sonar pedante delante de la cajera del súper.
Después de los púberes de Verona, fue la enajenación mental de Hamlet, las ansias de venganza de Otello, la sangrienta y maquiavélica Lady MacBeth (esta mujer lo peta) o los dos caballeros de Verona. Mi obsesión era tal que, de la misma manera que las beliebers se memorizan los tatuajes que Bieber se hace por su cuerpo, yo me memorizaba algunos de sus versos (true story), no sé, por si algún día llegaba a necesitar recitarlos. Ya sabéis, lo habitual, te encuentras con alguien conocido y la cosa va en plan "Hola, ¿que tal?""Bien, ¿y tú?","Bien, ¿has visto a Fulanita?", "Pues no, pero vi a Silvia el otro día y... Oh, qué gozo es gozo, si Silvia no está aquí/ que luz es luz si a Silvia yo no veo..." Cosas como estas me pasan entre cuatro y cinco veces al día.
Y así, entre deberes de química,
¿Cual fue vuestro primer amor literario?