<<Yo soy el blues>>
Quizás un título que sugiere cierto egocentrismo, pero que define a la perfección a uno de los grandes mitos que ha dado este género.
Nacido el 1 de Julio de 1915 en Vicksburg (Mississippi), Willie Dixon fue una de las figuras más representativas en el desarrollo del blues americano. Rápidamente destacó por su extraordinario virtuosismo compositivo, con el que alcanzaría un enorme éxito internacional. Sus inolvidables temas, ya clásicos del blues, han sido interpretados por leyendas de la talla de Howlin’ Wolf, Muddy Waters o Little Walter y versionados por bandas de rock como Led Zeppelin, The Doors, Cream o The Yardbirds.
La influencia de Dixon en el blues y el rock ha llegado a casi todos los rincones del universo sonoro. Aparte de un sensacional compositor, también se ha distinguido como un magnífico bajista, pianista, cantante, contrabajista e histórico productor discográfico de la casa “Chess Records”. Todo esto, le valió para consagrarse como el máximo exponente en la creación del denominado “Chicago Blues”. Dixon ha trabajado durante su trayectoria con artistas como Chuck Berry (con el que llegó a tocar el bajo en sus primeros discos), Koko Taylor, Bo Diddley, Jimmy Witherspoon o Muddy Waters entre otros.
Centrándonos en el álbum, se publicó en 1970 por el sello Columbia y consta de nueve pistas. Como ya es costumbre, una mención especial merecen los músicos que moldearon esta obra: Willie Dixon (bajo y voz), Sunnyland Slim (piano), Johnny Shines (guitarra) Walter Horton (armónica) y Clifton James (batería). Todos ellos, reputados bluesman por aquella época, procedentes de esa meca del blues de Chicago llamada Chess Records.Abre el disco con el eterno “Back Door Man”, uno de sus memorables hits en el que sentiremos la fantástica voz de Dixon y el protagonismo mayúsculo que cobra la guitarra de Johnny Shines. Este tema, se incluyó anteriormente en el primer álbum homónimo de los Doors en 1967, siendo versionado magistralmente por esta legendaria formación.
Siguen con un espléndido “I Can’t Quit You, Baby”, impregnado por el piano de Sunnyland Slim. Y es otro de los temas, que añadieron los británicos Led Zeppelin en su disco de debut de 1969. Otras canciones estándar del blues que tienen una importante presencia en el LP son “The Seventh Son”, el mítico “Spoonful”, esta última incorporada por los Cream de Eric Clapton en su álbum “Fresh Cream” de 1966.
De puntos álgidos, está plagado “I Am The Blues” y llegarán con los inmortales “I Ain’t Superstitious” (revisada por Jeff Beck en su LP “Truth” de 1968”), “You Shook Me”, (I’m Your) Hoochie Coochie Man (popularizado por Muddy Waters), el clásico entre clásicos “The Little Red Rooster” (recordado en más de una ocasión por los Doors, Howlin’ Wolf y los Rolling Stones), o el que cierra el disco “The Same Thing”.Y así concluye “Yo soy el blues” cortesía de William James Dixon, el cerebro de la “música de alma”. A nuestro juicio y gracias a sus espectaculares canciones, Willie Dixon fue capaz de hacer más grande la carrera musical de una amplia cantidad de artistas y bandas.
Desafortunadamente, Willie Dixon fallece en 1992 víctima de una hepatitis y el blues llora a una de sus estrellas más célebres. Pero su imprescindible legado y su vibrante historia, repleta de momentos brillantes, permanecerá inalterable al paso del tiempo, situándose como uno de los músicos más fundamentales que ha visto nacer el siglo XX. Y también, como un genio que ha hecho a los demás, mucho mejores.