Revista Cine

X-Men; días del futuro pasado: echando el resto

Publicado el 09 junio 2014 por Juancarrasco @JuanCdlH
08.06.14 | 15:37. Archivado en Cine, Estrenos, Cómics
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Me encuentro alineado entre aquellos que en su momento asistieron al relanzamiento de la saga mutante de X-Men: Primera Generación con igual escepticismo que el de Spiderman. Pero no se trata del mismo asunto. Los mutantes no habían renunciado a sus orígenes cinematográficos, y simplemente estaban actualizando rostros y enfoques con buenos resultados. La dificultad emocional de aquellos que aplaudían el trabajo de Michael Fassbender, James McAvoy o Jennifer Lawrence entre otros residía en superar la nostalgia con la obviedad de que había que renunciar a Halle Berry, Patrick Stewart, Ian McKellen o, probable e inaceptablemente, a Hugh Jackman, que nació para interpretar a Lobezno. Pero en el cine y en especial el de este género, nada es así de obvio, y el regreso del gurú mutante Bryan Singer (subsanando el mayor error que ha cometido en su carrera, dejar a los X-Men para rodar el relanzamiento de Superman) supone un subidón para cualquier seguidor del pasado, presente o futuro de los carismáticos personajes de la Marvel. X-Men; días del futuro pasado: echando el restoY el juego de términos temporales no es casual, ya que Días del futuro pasado, adaptación de la mítica saga gráfica, logra regalarle al X-Fan, en mayor o menor cantidad de minutos, juntos y revueltos, la aparición de todos los rostros que han hecho así de populares estos personajes, que trascienden la simple aunque ardua responsabilidad de lograr una buena película para encarnar mitos del cómic. El muy ambicioso proyecto basa su narración en la figura de un Lobezno que debe salvar su pasado para evitar el desastre absoluto que está viviendo su presente, que a su vez es el futuro del espectador (si leen con detenimiento, es menos complicado de lo que parece). Además de los focos sobre Hugh Jackman, la historia se fija más en los "nuevos" X-Men, con especial mención en el aumento de importancia de Mística, una Jennifer Lawrence que se olvida del estatus que otorga tener un Oscar cuando se arremanga para interpretar un papel espectacular y muy exigente en lo físico y mental. No faltarán los momentos-guiño, los cameos estelares que recuerden de dónde venimos, así como un epílogo tras las letras que hace que los mutantes también se apunten a la sorpresita marca de la casa para abrir boca de la siguiente entrega y que nos hace atisbar también hacia dónde vamos (megaproyecto apocalíptico en el horizonte mutante…) Por cierto, no debe olvidárseme mencionar que Peter "Lannister" Dinklage está inversamente proporcional a su tamaño en el papel de villano creíble e inteligente. Un lujo escaso.

Si bien una cinta de este calibre y tan tremendamente coral hace que inevitablemente los ratos de diálogo primen sobre la acción, lo cual no siempre es lo recomendable en el género, cuando la cosa se pone tensa queda claro el presupuestazo, que la tecnología ha evolucionado desde la primera entrega y que superpoderes en el cine es casi garantía de espectáculo (Magneto, siempre Magneto, o el debutante Mercurio, de casta le viene al galgo, dan buena muestra de ello).

Homo sapiens, enfúndense sus camisetas más frikis, relájense y ¡a pasarlo bien!

Dirección: Bryan Singer. País: USA. Duración: 132 min. Género: Ciencia-ficción, acción, fantástico. Intérpretes: Hugh Jackman (Logan / Lobezno), Jennifer Lawrence (Raven / Mística), Michael Fassbender (Erik Lehnsherr), James McAvoy (Charles Xavier), Nicholas Hoult (Hank McCoy / Bestia), Evan Peters (Mercurio), Ian McKellen (Magneto), Patrick Stewart (Profesor X), Ellen Page (Kitty Pryde), Shawn Ashmore (Bobby / Hombre de Hielo), Peter Dinklage (Dr. Bolívar Trask), Halle Berry (Tormenta), Omar Sy (Bishop), Daniel Cudmore (Coloso), Lucas Till (Havok), Bingbing Fan (Blink) Anna Paquin (Pícara). Guión: Simon Kinberg; basado en un argumento de Jane Goldman y Matthew Vaughn. Producción: Bryan Singer, Simon Kinberg, Lauren Shuler Donner, Hutch Parker. Música: John Ottman. Fotografía: Newton Thomas Sigel. Vestuario: Louise Mingenbach.


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