XVII Jornadas OPTIMA LAB: La nueva normalidad

Qué topicazo he escogido para el título ¿verdad? Es que no he encontrado otro que resumiera tan bien las XVII Jornadas OPTIMA LAB, celebradas virtualmente la semana pasada —el 11, 12 y 13 de enero—.

Si leíste las últimas crónicas, recordarás que significaron la puerta de entrada a una nueva época respecto a dos ejes. Una nueva configuración de la Red y la consolidación de un nuevo paradigma respecto a la entrega de las formaciones. 

Siguiendo con este último punto, ahora sí, ya podemos afirmar que muchos de los cambios han llegado para quedarse. La mayoría de organizaciones ya han asumido que: 1) Volver a la situación pre-COVID no va a ser posible en el corto/medio plazo y 2) La modalidad virtual también aporta ventajas y es un formato perfectamente válido. 

Así que estas organizaciones se han puesto manos a la obra formulando sus planes de formación teniendo en cuenta esta «nueva normalidad», y esto, en lo que a nuestra actividad respecta, significa el retorno al optimismo. Cada día que pasa, lo que intuimos va dejando paso a lo que vemos.

Esto, quieras que no, ha impactado positivamente en nuestro estado de ánimo y, en consecuencia, también al desarrollo de las jornadas. 

Respecto a la «nueva normalidad» en lo que se refiere a la nueva configuración de la red, las jornadas, de alguna manera, han sido el reflejo de lo que se ha ido gestando de manera natural en los últimos meses.

Al ser menos personas tengo la sensación de que hemos ganado en agilidad. También nos ha obligado a ser más realistas, y a no «estirar más el brazo que la manga». A veces digo que, en mi opinión, la verdadera maestría en el campo de la efectividad llega en el momento que dominas el arte de incubar. Pues una de las cosas que me ha gustado de las jornadas —y también de los meses previos— es precisamente esto. Incubar y sentirse bien con ello.

Sin prisa pero sin pausa, hemos «cerrado cajitas» que hacía tiempo que llevábamos arrastrando, otro logro. Poco a poco, vamos dejando atrás aspectos operativos de nuestro funcionamiento para volver a dedicar recursos a lo estratégico.

Fue sorprendente comprobar que el tablero de Trello, con todas las propuestas de temas a tratar en las jornadas —unas 60—, era una radiografía perfecta de todo esto que te estoy contando. El volumen de tarjetas con un marcado componente de pensamiento estratégico eran mayoría. Había algunas tarjetas de temas operativos, pero incluso muchas de ellas eran ya ideas de mejora de temas que están on-track

De esta manera, la mayor parte del tiempo en estos tres días lo hemos dedicado a reflexionar. Que ya sabes que tiene mucha más ascendencia en la efectividad que el hacer. Y es que este es el sentido de las jornadas, porque el hacer ya lo vamos haciendo cada día. Zoom que va, Zoom que viene. 

Si tuviera que resumirte las jornadas lo haría de la siguiente manera. Menos ruido, más tranquilidad, más intercambio, más reflexión y, consecuentemente, más claridad para tomar las decisiones correctas. 

Unas decisiones que —si no pasa nada— van a tomar forma en un par de macroproyectos que, por cierto, van a ser muy vistosos. Y en otras cosas menos relevantes para el gran público, pero que son muy significativas para nosotros, como por ejemplo un aumento de la frecuencia de los «Club de Debate» —esos momentos en los que profundizamos en nuestros aprendizajes y conocimientos— o el nacimiento del «Club Friki» — espacio para compartir herramientas y buenas prácticas digitales para ser personas más efectivas—.

Para terminar, una vertiente más personal. Creo que cada uno de los tres ha evolucionado hacia donde se propuso después de las turbulencias acontecidas y esto también ha impactado en este periodo y en las jornadas. José Miguel se divierte más, Laura luce un renovado ownership, y yo, pues sigo en mi camino de aprender disfrutando. 

Espero que en las jornadas de mayo, la nueva normalidad siga progresando adecuadamente

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