Revista Cultura y Ocio
Hoy me he puesto a pensar en las películas de amor. En las que aparte de una bonita historia entre dos, cuentan más. Y he ido a dar con el recuerdo del Diario de Noa. Nunca mejor dicho lo de recuerdo, ya que, como ya sabéis, gran parte de la película trata de la atroz enfermedad que es el Alzheimer.
Es difícil expresar un olor, un perfume, si a quién se lo tratas de representar no lo conoce. Puedes decir lo que contiene o lo que te evoca, pero no consigues que esa otra persona lo perciba. Lo mismo pasa con la sensación de frío: no sabemos explicarla si no es con palabras como escalofrío, tiritona, abrigo, helada... Y todos la conocemos. También pasa con aquello que hemos vivido intensamente y en particular con la tristeza. Quien te escucha puede imaginar y entender lo que sientes pero no lo siente igual hasta que no le pasa. Eso tiene su parte buena, porque te pueden dar otro punto de vista.
Si además de costarnos transmitir ciertas cosas que sentimos se nos van borrando los recuerdos o ideas asociadas a ellos, es aún más difícil.
Quizá ese sea uno de mis miedos y por eso entre otras cosas me guste tanto escribir y hacer fotos, porque me ayudarán a rememorar algún día determinados instantes.
Por eso, como decía aquel relato que encontré hace tiempo, ya no me acuerdo cuando fue...
"Aunque él no sepa quién soy yo, yo sé quién es él y con eso me basta."
Propósito 2015: Crear nuevos recuerdos.
A.