Titán a color, fotografiado por la sonda Cassini.
(Fuente: www.wikipedia.org)
Y ahora volvamos a la ciencia. Actualmente, Marte ocupa un lugar importante en la cultura popular. Que si algún día lo poblaremos, que si algún día tendremos que ir a visitar a la familia, que si algún día pasearemos al perro por la superficie marciana, etc. La última vez que el planeta rojo se convirtió en noticia fue gracias a la charla de Elon Musk, el multimillonario fundador de PayPal y dueño de empresas como TeslaMotors y SpaceX. Esta última, una compañía privada centrada en los viajes espaciales, nació para cumplir el sueño de Musk: llegar a Marte. A día de hoy, SpaceX tiene numerosos proyectos para llevar el primer ser humano a Marte (como el que presentó en la charla) y parece que van por buen camino. Todo tiene muy buena pinta, y no es de locos imaginarnos a un humano pronunciando las mismas palabras que Neil Armstrong en la Luna una vez que pise el planeta rojo en un par de años. Pero, una vez que lleguemos a Marte, ¿qué pasará? ¿Nos quedaremos allí? ¿Ampliaremos nuestros horizontes? El ser humano siempre ha tenido el deseo de explorar: visitar nuevos lugares, investigar fenómenos sin explicación, etc. Y este sentimiento ya está presente entre los científicos de la NASA. Nuestro próximo objetivo es Titán, la segunda mayor luna del Sistema Solar.
Titán es un satélite de Saturno y fue descubierta en 1655 por el astrónomo holandés Christiaan Huygens. Se trata del único cuerpo de este tipo que posee una atmósfera significativa y es el único lugar a parte de la Tierra con claros indicios de líquido en su superficie. Con estas características, no es de extrañar que a la NASA le haya llamado la atención, ya que es mucho más grande que la Luna y Mercurio, un tamaño bastante significativo. Gracias a la sonda Huygens enviada por la ESA en 2004, los astrónomos saben que Titán tiene una superficie suave, relativamente joven geológicamente hablando y con posible presencia de criovolcanes. Salvo por los volcanes de hielo, la superficie de Titán es "parecida" a la de nuestro planeta. A estos factores hay que sumar su presión atmosférica muy similar a la de nuestro hogar, otra característica que los científicos han tenido en cuenta.
La presión atmosférica en Titán es 1,5 veces la de la Tierra, lo que nos permitiría pasear por su superficie sin necesidad de trajes especialmente diseñados para el exceso de presión. Solo nos tendríamos que preocupar de llevar ropa calentita y un respirador, ya que la atmósfera del satélite tiene un alto contenido en nitrógeno y su superficie ronda los -180ºC, lo que es un invierno en Soria. Pero, ¿cómo volveríamos a casa? ¿Tendríamos que llevar enormes cantidades de combustible? Pues va a ser que no, ya que Titán es un lugar rico en metano y otros hidrocarburos. Cuando antes nombramos la presencia de líquido en su superficie, desgraciadamente no nos referíamos a agua, sino a metano. En Titán ocurre un fenómeno muy interesante, un ciclo del agua idéntico al de la Tierra, pero cuyo principalmente componente es el metano. Por un lado no nos facilita la vida en la luna, pero por el otro se trata de una fuente importante de combustible para cohetes. Al igual que el agua en nuestro planeta, el metano en Titán no es inagotable, así que habría que usarlo con responsabilidad. Esperemos que lo que hemos hecho en la Tierra sirva de ejemplo a los futuros pobladores de Titán. La atmósfera del satélite carece de oxígeno, perlos investigadores creen que sería posible extraerlo del hielo de agua que existe bajo su superficie mediante electrólisis. Los primeros humanos ¿titánicos? vivirían en casas o hábitats fabricados con plástico, un material poco pesado y fácil de transportar que no conlleva el consumo de demasiado combustible.
De todos modos, todavía nos queda un largo camino para llegar allí. Primero debemos poner un pie en Marte o quizás deberíamos ponerlo de nuevo en la Luna. Es bueno que el ser humano mira más allá e impulse numerosos proyectos, pero para Titán todavía queda un tiempo. Por ahora sólo se trata de un proyecto, mientras lo de Marte está algo más avanzado. Por ello, siendo realistas, deberíamos mantenernos escépticos sobre esta misión y centrarse más en el planeta rojo. A la Humanidad, desgraciadamente, le queda poco tiempo en la Tierra, así que, si queremos sobrevivir, debemos ir buscando un hogar "rapidito".