Revista Psicología

Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa…

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa…

Paradójico de la vida ¿no? en el prólogo de mi libro Caminando la Vida, Federico Muller, habla de dos momentos cruciales, y tan similares para el ser humano, como lo son el nacimiento y la muerte. Dos procesos que inevitablemente pasaremos todos, cada cual en su momento, Dios sabrá cuál para cada uno.

Como seres Humanos conocemos qué viene después del nacimiento, nos espera la Vida. Creo que por eso empecé esta etapa nueva en mi vida de médico en el mundo de la neonatología, aun hoy me sigue asombrando cada parto, cada nacimiento. No puedo dejar de ver un milagro cada vez que nace una criatura, tanta magia envuelta en ese momento y tanta expresión de un Ser Superior creador de la vida.

La verdad desde el lado del bebé que está naciendo es la incertidumbre total, es de tal forma que se vuelve indescriptible. A obscuras, dentro de un medio líquido, respirando, alimentándose a través del cordón umbilical, con un sistema circulatorio distintos, con pulmones llenos de líquido, obligado al pasar por el canal de parto a tantas, tantas cosas, invertir el sistema circulatorio, realizar cambios de presiones para que el pulmón expanda, y reabsorba el líquido que lo ocupa, alimentarse por succión y poner en funcionamiento un sistema digestivo, madurar lo hepático para no ponerse amarillos, y el no sabe nada de todo esto y tiene que hacerlo y descubrir la vida, porque ese lugar que fue su mundo 9 meses ya no puede serlo más, por más que se resistiera a quedarse dentro del útero sería inviable y moriría.

Nos pasa a nosotros cuando nos enfrentamos a la muerte, porque poco o nada sabemos del otro lado, y es cuando empieza a jugar un papel decisivo la fe de cada uno.

Esta paradoja de la oruga que piensa que va a morirse y sin embargo de repente muestra el esplendor de su belleza en una mariposa.

Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa…

No deja de llevarme a pensar los cambios que necesitamos hacer mientras vivimos ... que nos dan esa sensación de ahogo, falta de aire, muerte, pero queremos como ese bebé seguir quedándonos dentro del útero y ya no podemos hacerlo más porque moriríamos secándonos de a poco, dejarnos transformar para pasar a ser lo que necesitamos ser por más que el proceso de transformación duela tanto como a la oruga, tanto como al bebé.


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