Revista Cultura y Ocio
El otro día fui a ver a mi amigo Joaqui a su librería extravagante, ya sabéis, mi preferida aquí en Sevilla y cuando empecé a bichear por las estanterías me llamó la atención este libro. Bueno, más bien, me llamó la atención el título, es intrigante, ¿verdad? Como a Joaqui también la parecía intrigante pensamos que había que salir de dudas y ver qué tal era así que me lo llevé a casa.
Este libro es a la vez una caja llena de recuerdos que Min, nuestra protagonista, va a dejar en la puerta de la casa de su ex, Ed, el chico más popular del instituto y que va a acompañar de una carta en la que le va a explicar a él y sobre todo a nosotros, qué paso para que su historia acabara. Con cada objeto un recuerdo y un episodio de la intensa relación que lo tenía todo en contra pero que, aún así, había que vivir.
Aún no tengo muy claro que me ha parecido esta lectura. Me ha gustado, sí y lo he leído rápido, sin aburrirme y pensando que, a mis 14 o 16 años me habría gustado aún más. Es una historia de amor bonita, a pesar del final que, no nos engañemos, ya nos adelantan en el título, no hay sorpresas en ese sentido. Es además tierna, simpática, bastante real y cargada de un humor agridulce tan acorde a este momento de la vida que viven los protagonistas.
También es, quizás, excesivamente típico y tópica. Él, un chico guapo, segundo capitán del equipo de baloncesto, adorable y siempre novio de las chicas más guapas y vacías del instituto. Ella, del grupo de los frikis, apasionada del cine clásico (un poco cargante a lo largo de todo el libro con este tema), llena de inseguridades y con una vida, en teoría mucho más interesante y llena de cosas de verdad importantes.
Me parece que estos papeles tan marcados y tan forzados es lo que no me ha gustado de la historia. Como es Min quien nos la cuenta solo conocemos su versión pero continuamente se adivina un sentimiento de superioridad acomplejada. “El tipo más guapo de mi instituto está conmigo que no soy nadie pero en su vida todo es superficial y en la mía no…”. Esa es la sensación que me ha dado y es una pena porque, tras esta fachada, creo que se esconde un chico mucho más interesante del que los estereotipos nos quieren demostrar. Seguramente estaría bien conocer, también, la versión de Ed (aunque quede más que claro por qué se rompe la relación).
También creo que el personaje de Min podría haber dado mucho más de sí y que se queda en una chica que nos cuenta la historia de un modo demasiado egocéntrico y que quiere hacernos ver que había muchos motivos profundos por los que la historia no podía salir bien pero de los que yo solo veo inamovible uno.
En fin, no sé, bajo mi punto de vista eso es lo que falla porque la idea es muy buena y el libro se lee con facilidad y agilidad, manteniendo la intriga haciendo que la lectura sea agradable y emotiva.
¿Lo recomiendo? Sí, sabiendo lo que nos vamos a encontrar, sin esperar una obra de arte y dejando que su lectura nos entretenga, nos traiga recuerdos, nos descubra algunas cosas y nos saque alguna que otra sonrisa.
Y hoy, ni Matilda ni yo podíamos irnos sin desearos un ¡feliz, feliz día del libro a todos!