Revista Coaching

¿Ya has fracasado en tus propósitos de año nuevo?

Por Jofoba @jordifortunybad

Pues bien, ya llevamos bastantes días en este nuevo año y seguro que muchos de nuestros brillantes buenos propósitos ya han quedado tirados en la cuneta. Y estamos igual que siempre, con nuestros hábitos de siempre.

¿Qué ha pasado? Probablemente que el propósito se quedó en eso, en un propósito dentro de nuestra cabeza. Y eso es equivalente a nada.

Y es que el primer error es no pasar de la idea al proyecto, al plan. Es imprescindible tangibilizar el propósito. Cristalizar nuestras intenciones, darles forma y traducirlas en acciones ordenadas es la primera garantía para el éxito. Al menos ya sabremos por donde empezar y esto no nos será excusa.

Otro problema son las expectativas. Las buenas intenciones acostumbran a ir ligadas a un exceso de optimismo, ya sea en el qué, en el cómo, o en el cuando. Esto también supone una amenaza para su cumplimiento. Si hacemos lo que describíamos en el párrafo anterior, nuestro propósito pasará por primera vez por el filtro de la realidad. Determinar las acciones concretas para conseguirlo nos obliga a ajustar las intenciones a los recursos y capacidades de las que disponemos.

Start where you are. Use what you have. Do what you can. Arthur Ashe

Empieza donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas. Esta cita va como anillo al dedo para lo que estamos hablando, ya que creo que plantearse los cambios desde estos principios nos puede ayudar a optimizar nuestro esfuerzo y asegurar nuestros logros. En definitiva: ser efectivos.

Empieza donde estás: querer cambiar algo no tiene porque ir ligado a tener que hacerlo rápido. Probablemente sea más efectivo un cambio gradual, partir de donde estamos e ir moldeando nuestros hábitos hacia donde queremos. Lo importante es la dirección, no la rapidez. Si pretendemos empezar desde un punto desconocido, o bien saltar directamente hacia donde deseamos, sin una transición, nos provocará una incomodidad o estrés tal, que probablemente abandonemos, o bien que retrocedamos respecto el punto en el que estábamos.

Usa lo que tienes: usa los recursos que tengas a mano, no hagas grandes inversiones. Quítate esta presión y deja que fluya. Si usas lo que tengas a mano, seguro que ya lo conoces muy bien, así que te podrás centrar en el objetivo y no en aprender como hacerlo. Ponerse la soga al cuello no es garantía de nada, bueno, si, de hacerse daño Además, reducirás los costes del abandono. Fallar, reflexionar, volver a empezar; esto es muy normal, si solo tienes recursos para una jugada, el fracaso puede ser letal.

Haz lo que puedas: como decía mi abuela, quien hace lo que puede, no está obligado a más. No te sobrevalores, si lo haces, solo hay un resultado posible: frustración. Ojo que esto no es sinónimo de conformismo. Pero para poder correr una maratón, primero tendremos que ser capaces de correr 5 kilometros seguidos ¿no? después 10, 20, 30…

Y para terminar: el compromiso, como no. Dudaba si ponerlo al principio, pero lo he dejado para el final, que es la parte con la que más nos quedamos cuando leemos. Comprometernos es imprescindible, sin esto, no nos hacen falta ni planes, ni acciones, ni nada. Sin no te comprometes, déjalo, y no le des más vueltas a porque fracasas en tus propósitos continuamente.

Post relacionados:

  1. Propuesta para implementar nuevos hábitos en tu vida
  2. Modifica o crea hábitos para ser más efectivo
  3. La metáfora del pescador y nuestro propósito

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas