La Yemoterapia es una parte de la Fitoterapia (ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, atenuar o curar un estado patológico), en la que se utilizan partes frescas de vegetales preferentemente yemas y brotes jóvenes, aunque también puede usarse raíces recién nacidas, corteza de las raíces, semillas y menos frecuentemente corteza de troncos jóvenes, cuyos principios activos son obtenidos mediante un concreto proceso de extracción.
El procedimiento de obtención de los yemoderivados se encuentra descrito en la Farmacopea Francesa de 1965.
Además de la descripción de las partes vegetales utilizadas y su época de recolección, que normalmente coincide con el inicio de la primavera, la obtención de un yemoderivado seguiría distintos pasos.
En primer lugar, siempre con material de partida fresco, una vez limpio y triturado, se determina el grado de humedad.
Seguidamente, se valora el peso deshidratado después de someterlo a una determinada temperatura (150 °C), hasta alcanzar un peso constante; el material vegetal se pone después a macerar durante tres semanas en una mezcla de alcohol y glicerina, cuya cantidad es calculada para obtener un producto final que corresponda a 20 veces el peso de la materia prima llevada al estado seco (1:20).
Se procede después a una decantación seguida de una filtración bajo presión constante.
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