#Músicaparaelencierro. Por esas maravillas de la lista de correo cabezona aparece en el blog cabezón, gracias a Horacio, el disco homónimo de Yes, y no será lo último que aparezca de Yes gracias a él. Aquí, una revisión al psicodélico Yes promegéneo, que ya era un completo dream team interpretando buenos temas que luego, a lo largo del tiempo, aparecerían mejorados en registros en vivo, pero aquí está el puntapié inicial, el punto de partida de leyendas vivientes como Brufford, Anderson, Squire, Banks y Kaye creo que en menos medida. Y si se le presta atención a la incipiente complejidad y el refinamiento de esas hermosas canciones, uno comprende porqué luego esta banda revolucionaría el concepto musical del rock desde cuajo, y no solamente por su virtuosismo instrumental.
Artista: Yes
Álbum: Yes
Año: 1969
Género: Rock sinfónico
Duración: 38:59
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra
Mucho nos gustará Yes, supongo, pero resulta que los dos primeros discos del grupo son grabaciones ninguneadas. Pero esto es injusto. Toda obra tiene un principio y la larga andadura de Yes empieza aquí, en los años sesenta, con dos discos que son mucho más maduros e interesantes que las primeras grabaciones de Genesis, o el disco de Giles,Giles & Fripp.
Yes ya era un grupo estable después de aproximadamente un año de trabajo tocando en todos los sitios imaginables, abriéndose camino, llamando la atención de las compañías discográficas. Tocaron en la despedida de Cream, lo cual en cierta forma es simbólico. Un grupo que empujó hasta los límites el rock en los sesenta le cede el testigo a otro que hará lo mismo en los setenta.
Dos de las ocho canciones en el disco son covers, en el que la banda altera masivamente las composiciones originales para imprimirles un característico estilo psicodélico. La canción "Every Little Thing" de los Beatles, por ejemplo, es transformada de una ligera canción romántica a una potente barrera sonora con cambios en el tempo y su versión psicodélica de "I See You" de The Byrds da pie a cada miembro del grupo para demostrar su virtuosismo instrumental.
A veces resulta un ejercicio muy interesante el volver la vista atrás para comprobar de dónde surgieron las cosas y cuáles fueron los orígenes y las primeras obras de músicos o formaciones que alcanzaron gran popularidad unos años después. No existe una regla inquebrantable que describa la trayectoria habitual de un artista o de un grupo de rock. Todos los ejemplos son válidos, desde la fulgurante estrella que nos deslumbra con una obra maestra al comienzo de su carrera y que nunca vuelve a alcanzar ese nivel hasta las bandas que pasan desapercibidas al principio mejorando disco tras disco hasta convertirse en clásicos. Hay muchas más combinaciones pero Yes pertenecen al segundo grupo.
Como ocurre en tantas otras bandas, los miembros de Yes llevaban un tiempo con distintos grupos tocando aquí y allá sin demasiado éxito. Alguien tiene un amigo, le presenta a otro joven que también es músico, hablan de esto y de aquello, de sus gustos comunes, etc. De aquí surge el primer germen del grupo, el bajista Chris Squire, el cantante Jon Anderson y el guitarrista Peter Banks entran en contacto y poco después, en respuesta a un anuncio en la revista "Melody Maker", el trío conoce al que sería su batería, Bill Bruford. El quinto miembro llegaría poco después. ¿Su nombre? Tony Kaye, y se iba a encargar de los teclados. Sólo faltaba algo ya que "Mabel Greer's Toyshop", que era el nombre de la banda, no parecía tener la fuerza necesaria. A sugerencia de Tony Banks, el grupo cambió su denominación por la más concisa y directa de "Yes".
Tras un breve periodo en el que Bruford dejó la banda por cuestiones de estudios, el quintero firmó con Atlantic Records para realizar su primer LP. Al margen de por sus canciones propias, el grupo destacaba en sus comienzos en directo por las versiones que hacia de temas de otras bandas, reconocibles pero todos con la impronta particular del sonido distintivo que Yes iban consiguiendo poco a poco.
Abría el disco una canción del antiguo grupo de Squire compuesta por él mismo junto a Clive Bailey. "Beyond and Before" tiene ya todo el sabor de los temas clásicos de Yes: exquisitas armonías vocales con Anderson a la cabeza, etereas guitarras y protagonismo de las teclas en algunos pasajes. A continuación llega el primer ejemplo de la habilidad de Yes a la hora de hacer versiones. En este caso toman un tema de los Byrds, "I See You" y le dan un toque de jazz al principio, una mayor aceleración y la particular forma de cantar de Anderson hasta convertirlo en un tema nuevo. Reconocible por quienes conozcan el original pero con un algo distinto. La siguiente canción es "Yesterday and Today", una breve balada de Jon Anderson que nos lleva al cierre de la cara A del album, "Looking Around", escrita por Anderson y Squire con más protagonismo de los teclados desde el principio y juegos de voces en la onda de los Beatles. La cara B se abre con "Harold Land" escrita por Anderson, Bruford y Squire, de la que destacamos su introducción instrumental, presagio de lo que acontecería en los años posteriores. "Every Little Thing" es la segunda versión de otra banda contenida en el disco. En este caso, Yes se atreven con los Beatles y nos dejan una adaptación absolutamente distinta al original a la que acomodan incluso un riff de otro tema de los de Liverpool, "Day Tripper". Continúa el disco con otra canción de los inicios de Squire y Anderson firmada por la pareja y por Clive Bailey. "Sweetness" es otro tema lento sin nada de particular si exceptuamos las preciosas armonías vocales a las que ya nos tiene acostumbrados la banda. El cierre lo pone "Survival", otro tema de Anderson en el que nuevamente destaca la batería jazzistica de Bruford en una mezcla perfecta con las guitarras de Banks y los teclados de Kaye.
"Yes" no es, evidentemente, el mejor trabajo de sus autores pero no deja de ser un interesante punto de partida para una banda que nos iba a dejar grandes trabajos.
Cerramos con un par de comentarios, y para más está el disco...
Muchos elementos del Yes clásico ya están presentes aquí. La voz de Anderson, que ya está madura, el papel protagonista del bajo eléctrico, la poderosa batería de Bruford –según Banks daba miedo verle los muslos mientras tocaba–, las armonías vocales, la guitarra multiestilística y el uso del órgano Hammond, cuya presencia es una característica esencial en el sonido de Yes, como bien entendió Rick Wakeman algunos años después.
Yes se abre con “Beyond and Before”. Aunque no es la pieza que más me guste del disco, creo que puedo entender porqué lo inicia. Una salva del bajo eléctrico de Squire, precede a unas armonías vocales, a las que sigue una breve sección instrumental antes de la canción propiamente dicha; que se desarrolla a través de diversos episodios. Es un tiempo medio y yo, de haber sido productor hubiera empezado con algo más animado o alegre.
Sigue “I See You”, la primera de las dos versiones que aparecen en el álbum, en este caso de The Byrds. En directo era una pieza que se convertía en el vehículo para un largo sólo de guitarra de Banks, muchas veces sólo apoyado por la batería de Bruford. Si se tocaba, a continuación venía el sólo de Squire, usando una versión de los Rascals. En estudio “I See You” es más comedida, pero sí contiene un solo de guitarra apoyado por un Bruford jazzístico.
Prosigue el álbum con “Yesterday and Today”, la primera composición de Anderson en el mismo. Una balada delicada, muy bonita, de la que poco más puedo decir.
La cara A del disco terminaba con “Looking Around” una canción animada y alegre, con la que yo hubiera empezado el álbum. Tiene armonías vocales y un Hammond contagioso. De alguna manera puede verse aquí, en esta canción compuesta por Anderson y Squire, el entusiasmo que debieron sentir el uno por el otro cuando se conocieron en aquél local del Soho, La Chasse, y empezaron a escribir canciones juntos. Esa gozosa intimidad creativa que sólo conocen los que han escrito canciones a medias.
La segunda cara del vinilo empezaba con “Harold Land”, una canción antimilitarista, con algunos pasajes instrumentales y secciones diferenciadas que apuntan al futuro progresivo del grupo. Es también la primera vez que el nombre de Bruford aparece en al firma de una tema de Yes. Harold Land es el nombre de un músico de jazz, sugerido por Bruford, pero que nada tiene que ver con el personaje homónimo que protagoniza la canción. En la letra hay un verso con una referencia al título de un libro de Robert Greaves, Goodbye to all that.
Le sigue la segunda versión de Yes, “Every Little Thing”. Una pieza de The Beatles sometida a un proceso de deconstrucción y reconstrucción hasta dejarla casi irreconocible. Una manera de trabajar a la que no eran ajenos grupos como Deep Purple en la misma época. El arreglo es muy “progresivo” y es un ejemplo del modus operandi de la banda en el futuro con sus propios temas.
“Sweetness”, una balada, fue escogida como cara A del disco sencillo. No me parece que fuese una decisión acertada, ya que hay en el álbum canciones más impactantes, y mejores.
El disco termina con “Survival”, que a mi juicio muestra un poco por donde van a ir los tiros en el futuro. Con desarrollos y partes diferenciadas, mucho más elaborada que otras canciones de la misma época. Es posiblemente la pieza que más me guste del primer álbum del grupo. Una de las primeras gemas de Jon Anderson como autor en solitario.
Sorprendentemente la segunda reedición remaster incluye dos tandas con los mismos tres temas, de los que dos de ellos forman parte del “universo sonoro” del siguiente álbum del grupo (“Everydays” y “Dear Father”); ya sean versiones para sencillos o maquetas. Lo más interesante son las maquetas, claro. Además, está la versión de “Something’s Coming” que procede de las sesiones del primer álbum y que fue usada en discos sencillos, apareciendo por primera vez en disco compacto en la caja YesYears, siendo la canción que abría con gran efecto aquella magna antología. Es una pieza excelente que anticipa todo lo bueno que sería el grupo. Inexplicablemente para mí, quedó fuera del elepé.
Creo que los miembros de Yes podían sentirse razonablemente contentos. Su objetivo era construir un grupo donde la parte vocal e instrumental fuera igual de “fuerte”. Está claro que en su primer larga duración ese objetivo empezaba a cumplirse. De hecho, parece ser que aunque no estaban contentos con la producción y las modestas ventas del disco, sí se sentían bastante pagados de si mismos, de lo logrado por ellos. Esto fue así hasta que apareció en escena King Crimson, en aquella misma primavera de 1969. Tanto Peter Banks como Bill Bruford fueron testigos de algunos de esos primeros conciertos. En la mente de los principales “instigadores” e ideólogos de Yes, Chris Squire y Jon Anderson, quedó claro que había que ser más ambiciosos, después de conocer aquello. Pero esa es otra historia.
Debo decir que recomiendo al menos la escucha de estas primeras grabaciones de Yes a todos los que no hayan querido escucharlas por la ausencia de Steve Howe. No están exentas de mérito o de un cierto encanto.Carlos Romeo “Yes hace todo mal pero suena bien”, diría el afamado músico y productor Trevor Horn, brevemente su cantante en el disco Drama (1980). Ese contrasentido es una de las absurdas características de la legendaria banda inglesa nacida en el fértil terreno musical londinense a finales de la década de los 60.
Yes fue el resultado de un encuentro entre el bajista Chris Squire (†) y el vocalista Jon Anderson, quienes en un club de Wardour Street encontraron gustos musicales en común. El promotor de aquel encuentro fue Jack Barrie, propietario del club La Chasse donde Anderson trabajaba.
El quinteto lo completarían el baterista Bill Bruford, el teclista Tony Kaye y el guitarrista Peter Banks, éste último miembro de Mabel Greer’s Toyshop, banda precursora de Yes donde Banks compartía con Squire y a quienes Barrie había visto tocar en el legendario Marquee Club.
Esa misma tarde Chris y Jon dieron vida a “Sweetness”, un delicado tema que forma parte de nuestro celebrado álbum simplemente llamado Yes.
El prometedor pero subestimado primer paso de Yes
Aquella incipiente banda, cuyo nombre nació como sacado de una chistera, comenzó a delinear un estilo que conjugaba armonías vocales con interesantes pasajes instrumentales y arreglos radicales de temas compuestos por The Byrds, The Beatles, Simon & Garfunkel y Stephen Stills, entre otros, logrando que éstos parecieran en sí composiciones propias. Celebramos medio siglo del álbum que lo inició todo.
Una historia tan absurda como fascinante que tuvo en Squire la piedra angular de un sonido único que nos ha sabido ofrecer diversos géneros en un estilo propio que pese a los abruptos cambios de personal han logrado sostener una identidad sine qua non a la que alguien se refirió como “Yesidad”.
La imagen que nos da la bienvenida al fascinante mundo sonoro de esta increíble banda es simplemente la palabra Yes encerrada en un cuadro de diálogo de colores azul y rojo sobre fondo negro.
Tan efectiva como atractiva pero distante de aquellas hermosas que a futuro haría Roger Dean, esta carátula es obra del trío de los reconocidos diseñadores gráficos Crosby Fletcher Forbes con la participación de Haig Adishian.
El reconocido fotógrafo David Gahr, es el creador de la foto portada de la versión estadounidense del LP. En ella la carátula nos muestra a la banda en un centro arquitectónico de Fulham, Londres. Los responsables de la ingeniería de sonido fueron Gerald Chevin y John Anthony, todo bajo la producción de Paul Clay y Yes.
Las distintivas canciones de Yes
“Beyond and Before” (Más allá y antes), es el tema que inicia esta primogénita aventura. Esta pieza escrita por Chris Squire y Clive Bailey, guitarrista de Mabel Greer’s Toyshop, inicia con la guitarra de Peter Banks punteando las primeras notas e incorporando el resto de los instrumentos antes de escuchar la celestial voz de Anderson quien con psicodélica visión nos dice: “Burbujeantes árboles de plateada espuma proyectan sombras en la invernal morada, ramas basculantes que rompen el silencio, suelo tembloroso, bosque solitario, enmascaran azules hojas que van en círculos entorno al rocío matinal…”
Este primario encuentro donde además destacan los pasajes instrumentales, ya nos dice de una banda con originalidad que parecía marcar distancia de las tradicionales influencias del blues. El juego vocal es sencillo y apropiado, procurando siempre adornar con igual intención. Pete y Tony crean interesantes líneas que se confabulan con el bajo de Squire
“I See You”, el segundo tema, fue compuesto por Roger McGuinn y David Crosby (The Byrds). Acá el quinteto nos ofrece un poco de jazz y un llamativo pasaje instrumental con un solo de Banks bajo un peculiar sonido que a mitad de camino gira entorno a los platillos y tambores de Bill Bruford. Hay una cierta influencia de Wes Montgomery en esta pieza donde Bill y Peter intercambian frases breves hasta que Banks queda a sus anchas antes de retornar al tema. “Te miro la la la, la la la, la la la, te miro, sol radiante sol, a través de tus cabellos, viento que baña tulipanes…”
Luego, Yes nos trae “Yesterday and Today” (Ayer y hoy), un breve y hermoso tema compuesto por Jon Anderson con un toque más intimista. “Por qué estás aquí cuando hay tanta gente haciéndome sentir bien, por qué estoy aquí cuando el aire es libre, pudiendo ver mejor de lo que debo, tan sólo estamos los dos simplemente porque pensar en nosotros nos hace sentir más felices”.
Banks acompaña a la dulce voz de Anderson con el vibráfono de Bruford al fondo. Banks rasga y arpegia su guitarra con Tony Kaye al piano hasta el final. El repertorio de Yes fluye con esta contrastante pieza enmarcada entre “I See You” y “Looking Around”.
En una nota existencial con el teclado de Kaye como protagonista con Bruford y Squire pulsando la melodía, Yes nos trae “Looking Around” (Mirando alrededor): “Mirando a mi alrededor, no hay mucho que extrañe en esta vida, cosas que no puedo ver, tocaré y sentiré y luego besaré. Y entonces te vi allí, con una sonrisa que no pude compartir, sólo mirando alrededor en todas partes”.
Así va el primer verso de este tema donde Yes nos va desplegando los elementos que definirían su estilo: Un corpulento y melodioso bajo, una percusión con “feeling” de jazz , armonías vocales en dos y tres partes, una voz líder como otro instrumento más del grupo y una guitarra en ocasiones soslayada con elementos de jazz y de singular belleza como la que se aprecia en el tema anterior.
Yes siempre ha sido proclamado como uno de los pioneros del rock progresivo y en este primer trabajo logramos apreciar varios elementos que avalan esa proclama. Ya al umbral de 1970, Genesis, King Crimson y Yes serían tres pilares esenciales de esa corriente que en el caso del segundo tendría un impacto inicial mucho mayor.
La banda de Fripp movería las fibras más remotas de Jon Anderson y Yes se haría fan del “Rey y su corte”. Si bien es cierto que KC pudiera ser un antes y después del género, Yes con un sonido bastante original para la época, nos abriría un mundo igualmente atractivo.
Incluso el carácter vocal de Anderson abriría las puertas de una invitación de Robert Fripp a participar en la experiencia KC en el disco Lizard (1970). Yes siempre ha sabido adaptar su lenguaje a géneros como el jazz, el funk, la música clásica, el folk, incluso el pop… es como dijera Steve Howe una vez: “Yes es increíblemente británico”
Continuando la celebración de los 50 años de la primera placa discográfica de Yes, está el tema “Harold Land” titulo que surge de la espontaneidad de Bruford y que alude a un saxofonista estadounidense pero que en este caso relata los efectos de la guerra en dicho personaje. “Harold Land ondeando su mano, despidiéndose de todo, pagó sus deudas, dejó la leche y se puso el sombrero, intentó decir sus últimas palabras tan pronto como pudo, prometiendo que regresaría pero dudando que lo haría, dudando que lo haría”.
Bajo, batería y guitarra inician esta rara pieza donde resaltan las voces de Jon y Chris. Compuesta por Anderson, Bruford y Squire, llama la atención la acentuación del piano de Tony Kaye. La composición también revela la vena poética de Jon Anderson en su estado primario y una vez más el pesado sonido de Squire al bajo.
“Cuando camino con ella, la gente me dice que soy afortunado. Sí, soy un chico afortunado. Recuerdo la primera vez que estuve sólo sin ella, ahora no dejo de pensar en ella, cada cosa pequeña que hace, la hace por mí”.
Es “Every Little Thing” de Lennon-McCartney, en esta extraordinaria versión que inicia con una avalancha instrumental donde Squire también deja caer algunas notas de “Day Tripper”.
Con un intro de casi dos minutos, Yes hace suya la canción con un arreglo agresivo y muy distante de la melodiosa original. En esta versión destaca Peter Banks con un solo y el estruendoso Rickenbacker de Chris Squire a su lado para cerrar con el reiterativo verso “Every little thing…”
Luego es “Sweetness” (Dulzura). Escrita por Jon, es otra melodiosa y breve pieza de toque personal. Tony, al órgano Hammond, hace un breve intro. Le sigue Squire y Bruford para luego completar Banks antes de oír la voz de Anderson: “Ella trae el sol a una tarde lluviosa, trae la dulzura y con la cucharilla la revuelve, cuida de mí y nunca me deprime, ella pone dulzura todo en torno”.
Jon una vez más da otros colores a lo que pudiéramos llamar un hecho cotidiano. Sin embargo, su poesía posee esa libertad de ser interpretada y llevada a un plano más sublime. La sencilla melodía es bien llevada por la banda, que al final, cierra con un interesante juego vocal y con Banks gravitando entre las voces junto al resto de los instrumentos.
Cierra el álbum con lo que pudiéramos considerar en retrospectiva uno de los primeros intentos de Yes en crear un concepto musical temático con obras que distan del formato radial de tres o cuatro minutos y en los cuales el grupo abre espacios instrumentales con la voz de Jon Anderson como otro instrumento más y con el resto del grupo alrededor de la melodía.
“Survival”, con Squire señalando el camino, nos presenta a Bill Bruford, Tony Kaye y Peter Banks en un intro de 2’15” que luego se ensancha para que Jon Anderson nos cuente que: “El resplandor serpentea y en algún lugar del campo una vida comienza…” Es el verso inicial de esta pieza donde destacan, una vez más, las armonías vocales.
Más adelante en otro segmento Jon nos dice: “No dudes sobre el hecho que hay una vida en tu interior…”, y luego en el coro: “Supervivencia, supervivencia, quitan y otorgan el derecho a la vida, el derecho a saber”.
La poesía de Jon se centra en la supervivencia de un ave que nace y como queda a la suerte del destino. Es una hermosa metáfora sobre la vida y la muerte, sobre la supervivencia de nuestra estancia en el planeta.
En esas inusitadas vueltas del destino, el manager de Yes, Roy Flynn, y el director gerente de Atlantic Records, Frank Fenter, aseguraron un convenio con Ahmet Etergun, director general de la famosa disquera, para que asistiera al concierto de Yes en el Speakeasy.
El concierto fue todo un éxito y, ahora, con un contrato en mano, la banda daría el gigantesco paso a una absurda historia con un excelente resultado: una música llena de sublimes fantasías sónicas y líricas donde “todo se hace mal pero suena bien”, una historia llamada Yes.
Leonardo Bigott
Lista de Temas:
1. Beyond and Before (4:50)
2. I See You (6:33)
3. Yesterday and Today (2:37)
4. Looking Around (3:49)
5. Harold Land (5:26)
6. Every Little Thing (5:24)
7. Sweetness (4:19)
8. Survival (6:01)
Alineación:
- Jon Anderson / lead vocals, percussion
- Peter Banks / guitars, vocals
- Tony Kaye / Hammond organ, piano
- Chris Squire / bass, vocals
- Bill Bruford / drums, vibes