Cuesta que la gente llegue al blog de una, ¿verdad? A algunos más y a otros menos, hay mil factores que influyen. He visitado blogs con contenidos repetidos, obvios o tontos, que sin embargo cuentan con miles de visitas, y otras joyitas escondidas que apenas tienen una veintena de seguidores. Cuando me encuentro uno de los primeros, sacudo la cabeza en descrédito, pero cuando me encuentro uno de los segundos, me fastidio. Así que comento, me hago seguidora, y lo incluyo en mi blogroll, a ver si más gente llega a descubrir ese talento oculto.
Me encanta el botón 'Siguiente blog' de Blogger, hay días que me paso horas saltando de uno a otro, descartando la mayoría de lo que veo (por diversos motivos también, no digo que sean malos, a veces simplemente no me interesan las temáticas) y quedándome ratos largos en alguno que sí me atrapa.
Y me encanta verlos crecer... hay blogs que han crecido tanto desde que los acompaño, que me dejan muy satisfecha al pensar que, tal vez, un poquitito, haya colaborado yo en dicho crecimiento (ni hablar del talento de los autores, eso va por descartado).
A mí me llevó casi tres años que me visitaran frecuentemente y que mis visitantes repitieran y comenzaran a dejar comentarios; no me quejo, me encanta mi ‘banda bloguera’ como los llama Tani, y no me importa el tiempo que implicara lograrla. Esta interacción de la blogósfera es lo mejor que tiene. Es increíble lo acompañada que una se siente en este medio, tan cercana a alguna gente que sin embargo vive en el otro lado del mundo. Contenta de que les vaya bien, triste por sus desventuras, y hasta devastada cuando alguno desaparece, del ciberespacio y la vida, como Rosa.
Uff, cómo me he extendido. En realidad lo que quería decir es que, de vez en cuando, voy a portarme un poco mal y revivir alguna entrada vieja, de aquellas que escribí hace dos o tres años, cuando nadie visitaba aún EriSada. No sé si es válido o conveniente, a lo mejor alguno se fastidia (o a lo mejor ni cuenta se dan). Pero bueno, yo aviso.
EriSada