Revista Cultura y Ocio

Yo estuve aquí, de gayle forman

Publicado el 09 marzo 2016 por Ronnie
YO ESTUVE AQUÍ, DE GAYLE FORMAN
Yo estuve aquí~ Gayle Forman ~
288 páginas || 14'00€ || Puck
Rústica con solapas || 9788496886476
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Cody creía saberlo todo acerca de su mejor amiga. Pero algunos secretos son profundos como océanos. Y nos arrastran con ellos. 
El suicidio de Meg ha dejado a Cody devastada. Meg era la chica que todas querrían ser: admirada, inteligente, brillante, con una personalidad arrolladora… ¿Qué la ha llevado a poner fin a su vida, y de forma tan meticulosa, tan planificada? ¿Cómo es posible que Cody haya pasado por alto las señales de que algo así pudiera suceder, si ambas lo compartían todo?
Cody necesita entender, conocer, reescribir su amistad. Eso es lo que intenta cuando se desplaza a la universidad de Tacoma a recoger las cosas de Meg. Un viaje que pondrá en entredicho todo cuando creía saber sobre su amiga. Un camino que la enfrentará a cuestiones difíciles de sobrellevar… y que la llevará al límite de sí misma.
La autora del superventas "Si decido quedarme" vuelve con un excepcional relato de amistad, pérdida y dolor, pero también de amor y esperanza, que explora sin artificios la crudeza de las emociones adolescentes para mostrar cómo en medio de la oscuridad pueden resplandecer los sentimientos más profundos.
Gayle Forman es una de esas autoras a las que recurro cuando no tengo muy claro en qué nueva historia embarcarme, porque sé que nunca me decepcionara. Por eso, cuando comencé a leer Yo estuve aquí, fue inevitable caer en las redes de su meticulosa y delicada pluma.
En esta historia tenemos como protagonista a Cody, una chica bastante sencilla y de origen humilde, con una madre que no ejerce como tal y con un padre al que no conoce. Desde que conoció a Meg ambas se hicieron inseparable, y más que mejores amigas eran como hermanas. Por eso Cody nunca hubiera podido imaginar que Meg, esa chica tan llena de vitalidad, esa joven con un futuro tan prometedor, decidiera poner punto y final a su vida suicidándose en la habitación de un hotel.
Desde el momento en que Cody recibe el e-mail con la noticia del suicidio de su amiga, la arrasa un torbellino de emociones y sentimientos: incredulidad, negación, enfado, tristeza, compasión... y sobre todo: culpabilidad. Cody se siente culpable por no prestar atención a su amiga, por haber pasado por alto las posibles señales y pensamientos que la llevaron a tomar a esa decisión. Son unos sentimientos tan reales, tan bien plasmados, que es imposible pensar que Cody no es de carne y hueso. Según avanzamos en la historia vemos como esos sentimientos y esas emociones van evolucionando y transformándose, y también presenciamos como la propia Cody acepta la muerte de su mejor amiga.
Ella me miró, y comprendí que lo que yo le pedía que hiciera, lo que Dios nos pide que hagamos -lo que yo os pido a todos que hagáis-, no es fácil. Dejar que nuestras heridas cicatricen. Perdonar. Y, a veces, lo más duro es perdonarnos a nosotros mismos. Pero si no lo hacemos, desaprovecharemos uno de los mayores dones que nos ofrece Dios: su cura milagrosa.

Por supuesto, la historia no solo se centra en cómo afronta Cody la pérdida de Meg, sino que va más allá al intentar descubrir el por qué Meg decidió escoger esa opción. Es aquí donde se abre un interrogante, un misterio que envuelve toda la historia y que la vuelve más atractiva de lo que ya de por sí es, añadiendo nuevos personajes que formaban parte del entorno de Meg (como Richard, Ben, Alice, Harry y Tree, con los que se acaba formando una bonita relación), y una pizca de romance que permanece en segundo plano, sin robar protagonismo al eje principal de la historia.
Gracias a esta investigación que comienza con el primer viaje a Tacoma, a la residencia universitara de Meg, Cody descubre algo verdaderamente impactante y que, aunque suene extraño o a locura, existe en realidad. Es en este punto donde debo hacer mención a la nota de la autora, esa en la que informa al lector de que el personaje de Meg está basado en alguien real, en alguien que igual que ella decidió acabar con su vida. Sinceramente, descubrir este dato hizo que la historia me impactara aún más.
El estilo de Forman es absolutamente delicioso: una prosa delicada y casi poética, con cierto aire melancólico pero con el drama necesario, que hacen que se disfrute aún más de la historia. Es inevitable caer en las redes de su narración e imposible poder soltar el libro hasta el final. 
La vida puede ser dura, hermosa y complicada, pero, con suerte, será larga. Si lo es, comprobarás que es impredecible, y que hay épocas sombrías, pero estas remiten -a veces con mucho apoyo- y el túnel se ensancha, permitiendo que el sol penetre de nuevo en él.

Y ese final que tiene la historia... es perfecto. Se aprecia cómo los sentimientos de Cody han evolucionado y madurado, aceptando por fin la marcha de su amiga y perdonándose por ello. Aunque es cierto que tiene un toque agridulce, también es cierto que no podría ser de otra manera al tratarse de una historia de realismo contemporáneo. 
Yo estuve aquí es una historia de pérdida dura y triste, pero también esperanzadora; narrada magistralmente de forma melancólica y poética, y protagonizada por un personaje muy humano con un tsunami de emociones y sentimientos. Toda una auténtica maravilla que deleita al lector de inicio a fin con una historia más real de lo que a simple vista pueda parecer.  

Gracias a Puck.YO ESTUVE AQUÍ, DE GAYLE FORMAN

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