Por Bernardo Villar
¡Yo le voto un cuatro a todo el mundo! ¡Un cuatro p'a ti!
¿En serio? ¿Un cuatro para el mundo?
¿Cómo se ve ese cuatro que le votas al mundo?
No me vayas a salir con que amas a todo el mundo y que le mandas un abrazo a todos los seres humanos.
En serio, ¿Cómo se ve tu cuatro en el mundo?
Porque un cuatro no es un abrazo. Al menos no es ir dando abrazos a todo el mundo. Un cuatro es cómo eliges relacionarte con el mundo (la vida, las personas y las circunstancias). Implica que, pudiendo darle la espalda a la situación, pararte a solo ver lo que pasa, hacer como que haces; eliges tomar responsabilidad total y abrazar la situación. Es decir, aceptar que las cosas son como son, tomar una postura de responsabilidad, como fuente de mi experiencia de vida y tomar una acción comprometida.
¿Le votas un cuatro al mundo? ¿Qué estás haciendo para que realmente funcione para todos? ¿Cómo estás siendo fuente de que el juego que todos jugamos sea uno en el que todos ganemos? ¿Qué acciones concretas están creando una diferencia en tu familia, tus amigos, la gente con la que te cruzas todos los días? ¿Cómo estás siendo la diferencia? ¿De qué manera estás siendo la solución?
Porque decir "estoy comprometido" es distinto a realmente estarlo. Repetir que soy fuente de transformación para mi, mi familia, mi comunidad, mi país y el mundo entero es mucho más fácil que realmente ser fuente de transformación para mi, mi familia, mi comunidad, mi país y el mundo.
¿Verdad que cuando comenzamos a hablar de comprometernos de manera concreta deja de parecer tan divertido y lindo esto de la transformación?
No se, piénsalo.
Mientras tanto, te mando un cuatro.