Revista Cultura y Ocio
Hace muchos, muchos años, un grupo de amigotes nos reunimos a instancias de uno de ellos, adicto a la informática y siempre a la última en temas tecnológicos y demás.
Nos propuso al amparo de unas cañas montar un blog... y la idea tiró p'alante, cinco editores y los post se sucedían y las colaboraciones externas eran periódicas.
Pero claro, la cosa requería constancia, eso y el hecho de tratarse de un hobby hizo que los escritos de casi todos los editores del blog se espaciaran en el tiempo hasta desaparecer, menos los de un menda, que no sé sabe por qué siguió periódicamente publicando e interactuando en el mundo de la blogosfera.
Inquietudes, reflexiones, música, literatura, tonterías mil vestían la pantalla de embolica que fa blog. Comentarios de otros bloggers, visita a otros sitios...
Y así semana tras semana, hasta que el mundo de los blogs entró en una clara recesión, corría el lejano 2014, nuevas ofertas tales como el twitter (al que tarde muchos años aún en incorporarme), el instagram, facebook, whatsApp y otras novedades que ahora no recuerdo y que surgieron en el remoto 2015, hicieron que la llama de la blogosfera se apagara.
La inmediatez de la competencia debilitó a ese gigante que en su momento fue la blogosfera. hasta hacerlo tambalear en estos momentos. La gente dejaba de comentar y leer otros espacios, eran blogueros que creían tan importante interactuar, sociabilizar a través del blog como escribir en él. De acuerdo que el gusano de aporrear las teclas aún pervivía, pero era hasta cierto punto deprimente que a nadie llegaran esas letras que con tanta ilusión creábamos.
No sabría cuándo exactamente la desilusión se apodero de éste que escribe, lo que sí recuerdo, como si fuera hoy que allá por octubre del 2014 recapacité al respecto. Poca gente leía mis escritos, mis tonterías, aún así me hacía mucha ilusión el "comunicarme" con esos otros blogueros que coincidíamos en nuestros espacios, saber de ellos e intercambiar opiniones sobre sus reflexiones, sus gustos y los míos...
Al fin y al cabo éramos pocos pero bien avenidos, y me seguía gustando escribir, bien o mal, no me importaba, no me debía examinar nadie, y lo que surgiera de las teclas no tenía la necesidad de tener un nivel mínimo. Ya había pasado mucho tiempo desde aquellos inicios en los que cada post tenían una ardua labor previa de preparación.
Además embolica era una especie de bitacora donde almacenaba mis reflexiones y, las lecturas, los conciertos, las películas, la música... un lugar donde acudir en un futuro cuando no recordara si había leído o no un libro, si la película aquélla me había gustado o no... o simplemente un mirar atrás para convivir con ese Sese que aún conservaba algún cabello negro, un tipito que ya lo quisiera el Sese actual...
En fin eso fue lo que pasó, tras ese año no sabría concretar cómo se continuó extinguiendo la llama de embolica pero la realidad es ésta, que hoy en el año 20XX escribo esta entrada recordando que una vez tuve un blog que ocupó un lugar en mi vida, era una de esas cosas que siempre he memcionado como "las cosas importantes entre las no importantes de la vida"