Revista Cultura y Ocio

Zenobia Campubrí

Publicado el 25 octubre 2013 por Imosver

Zenobia Campubrí

Aprovechando el aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1956 a su marido, Juan Ramón Jiménez, hoy recordamos a  Zenobia Campubrí.

En la web de la Fundación Juan Ramón Jiménez , se puede ver,  como  la historia está haciendo justicia con esta mujer de aspecto dulce y frágil. Es un ejemplo claro de que “detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer”.

Esta institución, es en homenaje y reconocimiento a los dos. El nombre de ella, precede incluso al de su marido, Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez. Y es que tal vez, el Nobel de Literatura, autor de Platero y yo, no hubiese sido nunca lo que fue, sin la figura de su esposa.

Zenobia nació en Malgrat del Mar en 1887. Hija de una familia bien posicionada económica y socialmente, recibió una sólida educación que ella se encargaría de ampliar durante toda su vida. Cursó sus estudios universitarios en Columbia, Nueva York, adonde se trasladó a vivir con su madre tras la separación de sus progenitores. Adquirió grandes conocimientos en literatura, historia y música y dominaba tres idiomas,  español, inglés y francés.

Comenzó muy joven a escribir cuentos en castellano e inglés y a desarrollar su potencial como escritora. Le sedujo e influenció, la figura de Rabindranath Tagore a quién tradujo al castellano. Ya casada con Juan Ramón Jiménez, realizó una importante labor como traductora, incluyendo entre sus trabajos, autores del calibre de Shakespeare o Edgar Allan Poe. Participó como articulista en diferentes revistas estadounidenses, y siempre se manifestó como una enamorada de la poesía popular española.

Está considerada como una ferviente feminista. Junto a Victoria Kent, política republicana española, demandó una mayor  presencia femenina en todos los ámbitos de la sociedad. Y también colaboró con distintas iniciativas humanitarias,  como las campañas para salvaguardar a los niños víctimas de la Guerra Civil española.

Todo esto era Zenobía Campubrí, pero siempre velando por su marido,  con el que se casó en 1916 en Nueva York. Durante los 40 años que duró su matrimonio apoyó a Juan Ramón Jiménez  , como secretaria, asesora, traductora, y agente. Su ambición no era para ella. Su ambición era para encumbrar y sostener a su esposo, que además tenía,  una personalidad muy complicada.

En sus propias palabras, Zenobia niega haber renunciado a su carrera literaria por él: “Así como nunca enfoqué en mi juventud, la idea de convertirme en maestra, muchas veces habían pensado en un porvenir de escritora. Pero como no me casé hasta los veintiséis años, había tenido tiempo suficiente para averiguar que los frutos de mis veleidades literarias, no garantizaban ninguna vocación seria. Al casarme con quién, desde los catorce, había encontrado la rica vena de su tesoro individual, me di cuenta, en el acto, de que el verdadero motivo de mi vida había de ser dedicarme a facilitar lo que era ya un hecho, y no volví a perder más tiempo en fomentar espejismos”

Zenobia Campubrí murió de cáncer, tres días después de que a su marido le fuese otorgado el Premio Nobel de Literatura por su obra Platero y yo . Él nunca se recuperó de su pérdida y fallecía dos años más tarde en la misma clínica que su esposa.

Aquí tenéis una breve biografía de Fernando Jiménez Hernández-Pinzón, Cartas de Zenobia o el vuelo de un hada  , sobre esta gran mujer.

¡Buen fin de semana!


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