No sé los demás, pero a mi se me está acabando la harina de trigo. Quizás los que visitan este blog desde otros países no entienden a qué me refiero: cuando uno dice que se acabó es que ya no se consigue en ninguna parte (ni en supermercados, abastos o incluso panaderías). No deseo entrar en detalles para no deprimir a nadie, hoy solo deseo compartir algunas alternativas para los que como yo, no pueden vivir sin un postre y ya andan halándose los cabellos en modo desesperación (y no solo por la falta de dulce).
1. PANQUECAS SIN GLUTEN
Empiezo por los desayunos, estas panquecas sin gluten (pancakes o tortitas) siguen siendo un éxito cada vez que las preparo, casi no puedo creer lo esponjosas que son, en realidad son extraordinarias, muy ricas ¡el sueño de quienes amamos desayunar panquecas!
2. GRANOLA DE CHOCOLATE
Esta granola de chocolate hecha en casa (técnicamente no es gluten free pero sí es libre de harina de trigo) contiene todo lo que uno necesita para comenzar bien el día ¿sabes lo que ocurre cuando agregas la leche? sip, el cacao ira manchándola hasta obtener un líquido marrón achocolatado que sabe ¿a qué? pues a ¡chocolate! claro! y es realmente deliciosa, además, lo bueno de hacer tu propia granola es que puedes añadir las semillas/frutos secos que más te gusten. No tiene desperdicio.
3. PANNA COTTA DE CHOCOLATE
Continuando con los sabores achocolatados, esta Panna cotta de chocolate es perfecta como postre para terminar una comida con familiares o amigos. Cremosa, intensa y divina ¡ah!¡y tampoco contiene azúcar!. Se prepara con antelación, así que es una cosa menos en la qué pensar justo esos días en que tenemos visita y hay que atender muchas cosas simultáneamente.
4. PANNA COTTA DE YOGURT
La Panna cotta de yogurt es otra versión de los postres fríos que podemos hacer sin harina, esta vez aromatizada con naranja, es una de esas cosas que deseamos comer cuando hace calor y no queremos encender el horno. Deliciosa acompañada con confitura de naranja (si es de naranjitas chinas o kumquats, mejor).
5. GALETTE DE FRUTAS
Una masa quebrada mantequillosa y sin gluten es la protagonista de esta fabulosa Galette de frutas. Lo bueno es que no se requiere ningún molde especial para hacerla, me encanta ese aspecto rústico que tiene, dejando entrever su relleno colorido y jugoso. Las galettes se pueden rellenar prácticamente de cualquier cosa (dulce o salada). Esta galette tibia, acompañada con helado, resulta un postre realmente inolvidable.
6. ALMIDONCITOS
Ya pocos sitios ofrecen este dulce que otrora fuera muy apreciado, sinceramente dudo que las nuevas generaciones lo conozcan. Estos Almidoncitos, hechos a base de papelón y almidón de yuca (tapioca) son perfectos para acompañar el café de la tarde. Si eres un nostálgico como yo, no puedes dejar de prepararlos.
7. BUÑUELOS DE YUCA
Aún recuerdo cuando mi mamá los preparaba a media tarde, dorados y crujientes por fuera, suaves y pegajosos por dentro, sumergidos en melao de papelón dulce y especiado. Los Buñuelos de yuca siguen siendo una de esas cosas que a todos gusta y que afortunadamente aún podemos consumir (haciendo el sacrificio) si deseas que tus hijos/nietos/sobrinos/vecinitos te recuerden con cariño, no puedes dejar de ofrecérselos.
8. PAVLOVA CON CREMA DE PARCHITA
Este postre no se parece en nada a los suspiros que solía prepara de niña (secos y con textura de tiza), la Pavlova con crema de parchita (maracuyá o fruta de la pasión), resultará una grata sorpresa incluso para aquellos que no son muy amantes de comer merengue. Deben darle una oportunidad a esta lindura que resulta especialmente sabrosa por el contraste crujiente del merengue con lo suave de la crema de parchita.
9. MOUSSE DE CHOCOLATE AMARGO
Los verdaderos amantes del chocolate sabrán apreciar esta mousse de chocolate con solo dos ingredientes: chocolate de calidad y ¡agua! yo hasta que no la probé no pude creerlo, mejor servirlo en vasito porque resulta intensa y satisfactoria. Se acordarán de mi cuando la prueben.
10. CRÉME BRÛLÉE DE NARANJA Y SARRAPIA
Finalmente un postre clásico que me encanta servir al final de una comida con allegados, una
Créme Brûlée de naranja y sarrapia que resulta todo un acontecimiento cuando sacas el soplete de cocina para caramelizar el azúcar -jugar con fuego es divertido- pero resulta aún más divertido romper ese caramelo crujiente, para encontrarse luego con esa crema suave y untuosa. Me gusta servirlo en un refractario mediano, así todos pueden compartir del mismo plato haciendo la experiencia aún más satisfactoria (o no, dependiendo de cuan rápido coman tus amigos).
Estos son los 10 postres sin gluten de El gato goloso ¿has probado alguno ya?
¡Feliz fin de semana!
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