Viajar a países desconocidos siempre es educativo y emocionante. Con los viajes aprendemos que no todo lo que nos resulta familiar es "normal". Muchos de nuestros hábitos son establecidos, subjetivos y a veces incluso resultan totalmente contrarios a lo que es "la norma" de otros lugares. Esta es una de las cosas que más me gusta de viajar; el poder abrir la mente a otras maneras de ver el mundo o de hacer las cosas, por comunes que sean.
A pesar de que Nueva Zelanda es un país con muchas raíces europeas (y que por tanto no se apartan tanto de lo que conocemos —como Corea, por ejemplo), siempre hay cosas que llaman la atención...
1. Andar descalzo es natural
Para los españoles y la mayoría de europeos, que llevamos zapatos hasta dentro de casa, eso de descalzarse nos resulta extraño. En muchas culturas, en países asiáticos, escandinavos y también en Oceanía, quitarse los zapatos al entrar en casa es lo normal. En realidad tiene sentido para que no entre la suciedad de afuera al suelo de casa.
Pero en Nueva Zelanda es también bastante normal ver en verano gente que va descalza por la calle o las tiendas... y no es pobre. No solo niños; también adultos. Una costumbre que me parece muy polinesia y algo que no podríamos intentar en Europa (vidrios, cacas de perro, todo lo demás...) pero que allí funciona. Caminar por la naturaleza descalzo es lo mejor que hay, sobre todo si, como en NZ, no hay animales venenosos que podamos pisar.
2. No hay frutas, pero hay mucha fruta
Me encanta la fruta en Nueva Zelanda: aguacate, feijoa, fruta de la pasión, kiwi... ¡pero ninguna de ellas es originaria de NZ! Incluso el kiwi, que los neozelandeses "se han apropiado", vino de la China. De hecho, el nombre que le dieron en inglés primero fue Chinese gooseberry. Más adelante se lo cambiaron a kiwifruit (acortado a kiwi fuera de NZ) por el ave autóctona del mismo nombre. Y de ahí conquistó el mundo bajo la marca Zespri.
3. Un kiwi no es solo un kiwi
En Nueva Zelanda, la palabra "kiwi" en todas sus versiones se usa para varias cosas... Un kiwi es primero que todo la famosa ave endémica y símbolo nacional del país. A partir de ahí los neozelandeses comenzaron a llamarse a sí mismos Kiwis. De hecho, nadie dice "I'm a New Zealander", sino "I'm a Kiwi". Eso es lo habitual. Y el inglés de NZ es, claro, Kiwi English. Así que, para diferenciar, se habla de: kiwi bird, kiwifruit, Kiwi y Kiwi English. Si hablas de "un kiwi" en NZ, entenderán que te refieres a una persona, no a la fruta.
4. La cultura maorí está ahí
Los maoríes, que llegaron a Nueva Zelanda en el S. XIII desde Polinesia, siguen siendo una parte significativa de la población neozelandesa (a diferencia de los nativos americanos o los aborígenes australianos, que fueron casi aniquilados y que en muchos casos viven segregados). En NZ los maoríes son parte de la población general y su lengua se puede leer y oír por las ciudades. Muchos de los nombres de lugares, plantas u objetos tienen nombre maorí, no inglés. Esto no quiere decir que no haya ningún problema social o de desigualdad respecto a la población europea, pero está claro que la cultura maorí forma parte activa de la vida en Nueva Zelanda. ¡No hay más que ver a los All Blacks (el equipo nacional de rugby, #1 en el mundo) haciendo la danza haka! :)
5. ¿Neozelandés o australiano?
La tensión medio-cómica-medio-seria entre australianos y neozelandeses se aprecia por ejemplo cuando se trata de averiguar el origen de ciertos platos o cosas típicas: la pavlova, el café flat white, las galletas Anzac, Weet-bix... Las teorías sobre si son de unos o de otros siempre varían dependiendo a quién preguntes. Y lo mismo pasa con personajes famosos como Russell Crowe, Keith Urban, Jane Campion... nacieron en NZ y luego fueron a vivir/estudiar/trabajar a Australia, y entonces los australianos se los apropiaron como suyos. ;)
{fotos vía Flickr, Telegraph, Kiwibird.org, LovellRugby, Silverfernz}