Revista Cine
Con su más reciente película, Gebo y la Sombra (Gebo et l’ombre, Francia-Portugal, 2012), el centenario cineasta portugués Manoel de Oliveira consolida su posición como el venerable dinosaurio fílmico que es. No sólo por su edad –casi 104 primaveras- ni por los muchos años de trabajo a cuestas -81, para ser exactos-, sino por un tipo de puesta en imágenes que nos remite a los años 10 y 20 del siglo pasado, cuando se empezó a desarrollar el estilo que David Bordwell ha calificado como “la estética tableau”...
Mi crítica completa, en la sección cultural de Reforma del día de hoy.