"The Blind Side", es una película de los USA, lamentablemente traducida al castellano por "Un sueño posible". Cuenta la historia de Michael Oher, actual tackle ofensivo de los Carolina Panthers de la NFL y ganador de la Superbowl XLVII con los Baltimore Ravens en 2013.
La historia de este personaje es digna de Hollywood pero también sinónimo de un tiempo concreto. Oher es natural de Memphis donde vivía en la calle, hijo de una madre adicta al crack y alcohólica. Su espectacular físico (con 17 años media casi dos metros y pesaba mas de 120 kilos de pura fibra muscular, veloz y ágil) hizo que su refugio fuese el deporte y la casualidad lo hizo caer en el seno de una familia acomodada que le dio acogida y manutención. Sus cualidades para este deporte lo hicieron especialmente valioso para ocupar un puesto muy sensible, el del LT (Left Tackle) el jugador encargado de proteger el "ángulo ciego" del Quarterback. Este lado de la linea ofensiva es especialmente sensible a los defensas rápidos que cogen desprevenido al QB mientras se prepara para lanzar el balón. Para muestra, este botón, que lo explica mejor (en español latino, sorry)
Ese componente oculto, ese matiz en no ver lo que se avecina es lo que estos días está generando debate y lo que no es debate en el mundo del vino. Se habla con orgullo del equipo español Campeón del mundo de Cata a ciegas en el certamen celebrado la pasada semana en Francia. Hay 3 gallegos en ese equipo (lo dejo caer) y gente a la que conozco y aprecio. Para los menos avezados en esto la cata ciega es, básicamente, lo que su nombre indica; probar vinos a ciegas (con la botella oculta, en ocasiones en copas de color negro y sin señal alguna que delate de que vino se trata ni de donde sale) y acertar por su aroma, gusto y sabor de cual se trata, su lugar de procedencia, añada y uvas que lo componen. Vamos, un sin sentido.
Uno no es amigo de este sistema básicamente porque no puntúo vinos, no los recomiendo para ninguna agencia de selección o "gurú" y solo me guío por si me gusta algo o no. Es por ello por lo que, al menos para mi, la botella, la etiqueta y una serie de datos mínimos sobre el origen, autores y tipo del vino que me voy a beber me parecen indispensables para un mayor disfrute del vino. Comprendo, sin embargo, que catar vinos a ciegas es labor muy compleja, digna de mérito y supongo que ser el mejor de los mejores en esa materia es como para alegrarse y celebrarlo.
Lo que no se, porque lo ignoro, es si eso, esa habilidad, otorga carta de naturaleza a cada uno de los catadores como expertos absolutos en "calidad del vino". Es más, lo dudo.
No creo que ni Aragunde, ni Pomares, sus compañeros de equipo o aquellos que habitualmente los acompañan en sus catas sean mejores catadores que otras personas por acertar mas vinos que nadie a ciegas. Tampoco creo que sean peores, al contrario. Creo que son buenos porque prueban mucho y muy diferente y eso, sin duda, ofrece un registro mayor que el que tenemos los demás. Infinitamente mayor, añadiría. Eso lo puede volver a uno poseedor de un número muy superior de referencias, por supuesto, y eso en lo de probar vinos es clave. Probando docenas de riojas madereros uno tiene muchas referencias sobre eso, tintos con barrica, pero no sobre vino. Sobre vino, de hecho, no tiene ni puñetera idea.
Por contra, no creo tampoco que probar docenas, cientos, miles de vinos distintos de todo el orbe vinícola lo vuelva a uno infalible. Lo vuelve, por supuesto, mas completo y con mayores herramientas, pero no creo que uno sepa más o menos. Sabe mucho, pero si esto sigue siendo cuestión de gustos, sabe lo que le pertenece a el o ella. Y nada más.
En la misma linea, tampoco creo que se pueda considerar que esto sea "engañar a los entendidos". Llevar a probar un vino de un euro oculto en una botella y una etiqueta que no le corresponde, a una feria a la gente que pasea por la feria y que la mayoría, por pura corrección al que da la prueba (mientras lo graba en video) no se lo tiren a la cabeza, no determina que haya mucho "postureo" en el mundo del vino. A lo mejor si determina que haya mucha educación y que algunos y algunas están mas o menos flipados cuando ven una cámara. Pero hasta ahí. Lo que si hace es otro flaco favor al mundo del vino. Pero de esto Iturriaga (el hermano del jugador de baloncesto, si) sabe un poco. No olvidemos clásicos como este o este otro, donde el amigo Mikel explota la verticalidad de la web con titulares que o bien no tienen especial relación con lo que se cuenta después o son directamente falsos, pero que quedan genial en un twitt.
Lo mejor del video es cuando Joan Gomez Pallares no solo no pica en el vino de cartón sino que, además, dice abiertamente que le parece un truño. Con educación, pero lo dice. Y es que se trata de una perversión cierta de la cata a ciegas, porque; ¿Y si el mundial de cata a ciegas jugase al despiste y los vinos se sirviesen a etiqueta vista, pero cambiada?... ¿acertarían el mismo porcentaje los catadores, o divagarían totalmente desorientados al no coincidir sus conocimientos y referencias con lo que ven sus ojos?. Un riesling Bürklin-Wolf en botella de albariño, un Goliardo Caiño etiquetado como una Pinot Noir de la Borgoña.... Podríamos titularlo "A ciegas si pero a tientas no dan ni una", o algo así. O mejor, mas al estilo Comidista "Los campeones del mundo del postureo".
Puestos a hacer cosas raras, hagámoslas bien. A lo heavy. Ese concurso si lo vería en televisión. Pero siempre que me dejasen a mi elegir a los catadores, claro..... vaya risas, ¿eh Mikel?
Fotos: del equipo español campeón del mundo en un diario generalista y de la web Vinissimus