A FAVOR
Gotham sólo quiere que la aprecies
En este pequeño (gran) universo televisivo tiene que haber un poco sitio para todo. Somos una pequeña familia que debe querer a todos sus miembros. Bueno, a todos no, porque algunos sólo merecen ser escondidos en el sótano y convertirse en ese secreto del que todos preferimos no hablar, pero sí a la mayoría. Especialmente cuando cumplen lo que siempre debe ser lo principal: entretener.Y eso es exactamente lo que hace Gotham, digan lo que digan algunos. Es posible que la pobre llegara al mundo creando unas expectativas que nunca iba a poder cumplir, y es por eso que muchos decidieron al poco tiempo convertirse en lo que respecta a ella en padres decepcionados porque su hijo ha decidido seguir su propio camino. O algo así.
James Gordon sólo quiere un amiguito
La cosa es que si seguimos el ejemplo de los padres de Karma en Faking It, nos daremos cuenta de que Gotham es especial, única y digna de nuestro cariño. Y entonces sabremos apreciarla por lo que es: una serie que lo único que quiere en la vida es entretener. Porque aunque a veces lo esconda detrás de un fondo un poco tirando a oscuro (pero no del todo), lo cierto es que es lo único que intenta, y cada vez está más claro.Cuando vemos esos casos semanales sacados de la mente de un niño un poco trastornado (pero niño al fin y al cabo) podemos entrar en la caricatura tan absoluta y ridícula que son y simplemente divertirnos con ellos. No necesitamos tomárnoslos en serio, no es lo que quieren. O al menos ya no.Y luego está todo lo demás. Igual que podemos aprender a apreciar la caricatura con patas (o sin ellas) que son todos los casos, podemos aprender a apreciar esa pequeña maravilla de cast que tiene la serie. Y, sobre todo, jugar a juntar series y crear crossovers que todos, absolutamente todos, querríamos ver.Eso o podemos ver Gotham como una bonita continuación de Terriers, donde Hank ahora va por la vida con Ryan Atwood (en otra realidad alternativa, Ryan Atwood se convirtió en Ben Sherman, y esa sí que es la versión oscura de la historia. Y la mejor, tampoco nos engañemos) resolviendo crímenes en Gotham. O intentándolo al menos. A veces. Y eso de saber que Ryan probablemente acabó cumpliendo un sueño que de forma casi segura Seth habría querido para sí mismo debería hacernos felices. Porque Seth Cohen siempre fue el mal y no merece ninguna cosa buena.Pero bueno, que empiezo a irme por las ramas y no era esa mi intención. El caso es que Bullock y Gordon forman un dúo que cuando quiere es al mismo tiempo divertido y entrañable. Y ahora que la serie por fin les ha pillado el punto, verlos a ellos y ver su relación es algo que todo ser humano decente debería ser capaz de apreciar."Me río porque todos son mis fans"
Igual que todo ser humano decente debería ser capaz de apreciar a esa genialidad que es el Pingüino, que poco a poco (o más bien a velocidad supersónica) se ha convertido en la estrella de la serie. Y en la pesadilla de cualquier peluquero, por supuesto.Todo esto no quiere decir que Gotham sea perfecta. Por ejemplo, no podemos olvidarnos de que ahí está ese personaje de coherencia digna de Ryan Murphy llamado Barbara, que es la perfecta combinación de estúpida y molesta, sin ninguna cualidad que nos haga querer perdonarle la vida. Pero es sólo un elemento entre muchos otros. Así que escondamos a Barbara en el sótano y perdamos la llave, pero sólo a ella. Y apreciemos Gotham por lo que es, un entretenimiento que, cuando quiere, puede ser maravilloso.EN CONTRAUna serie tan tenebrosa como la ciudad
Partamos de que no toda serie tiene que ser la quintaesencia de la maravillosez. Ni todo lo que hace HBO es bueno ni toda ficción palomiteray procedimental es desechable per se. Lo bueno de una producción no es que la protagonice Kate Winslet y la dirija Steven Spielberg ni que tenga tantos giros de guión que no queden uñas que morder. Una serie no tiene que ser buena ni mala; tiene que enganchar, tiene que apetecer verla.
"Pero sigo siendo el reeeeey"
En este sentido, una precuela de Batman tenía ya un mal punto de partida, que hubiera dicho la Jurado. Porque todo purista, todo amante de Nolan –el director, no el de Revenge- o todo seguidor de las primeras andanzas del señor murciélago, aquellas con Jack Nicholson o con Danny DeVito, iban a mirar Gotham con más escepticismo que el mundo literario a Belén Esteban.Y, ¿quién tiene la razón, dos meses después del cacareado estreno de este Batman sin Batman? Ninguno. Porque este producto se queda en tierra de nadie. Ni caviar ni guiso casero. Está ahí, sin decir mucho, tan gris como esa ciudad que Gotham siempre fue. Que es lo peor que se puede decir de una serie. Ni es aventurera y trepidante ni es seria y reflexiva. Ni está destinada a las nuevas generaciones ni satisfará al exigente fan de los cómics. Ni carne ni pescao, ni ying ni (Christina) yang.
Para rellenar capítulos sin ton ni son, nos venden cada semana un caso policial que se resuelve en apenas 20 minutos y que tiene menos chicha que limoná. Los protas están soseras, no llaman la atención ni para aplaudirles ni para tirarles tomates; y lo único destacable, la presentación de todo ese mundillo que acompañará después las andanzas del Bruce Wayne superhéroe, se pierde por exceso –ese Nygma más caricatura que personaje- o por defecto (una Catwoman interesante, quizá mejor que Halle Berry en ese despropósito que fue su recreación, pero con pocos minutos de lucimiento… y sin Sharon Stone).
Jada, péinate chic, péinate Graphic
Mención aparte a dos elementos de atrezzo que han conseguido por méritos propios más atención que el propio argumento: las pelucas de la novia del prota, esa Barbara sin sal sin química y sin más expresión que la de la preocupación continua, y la que se calza la señora de Will Smith, una villana de esas malas malas cuya caracterización te hace olvidar el texto que recita. Yo le veo esos pelos y no me quedo con que está apuñalando a nadie o mandando poner una bomba: sólo me fijo en la necesidad de otro peinado y/o tinte a la mayor celeridad posible.Y, aunque hay mucho (personaje) malo, así es el imaginario batmaníaco, no todo es malo. La irrupción y peripecias del Pingüino son lo único salvable, lo más apetecible, de este plato agridulce al que Chicote sin duda pondría de vuelta y media. También reconforta volver a ver a viejos conocidos, rescatados para la causa como los dos mafiosos rivales de la ciudad: John Doman (The wire, Damages, Person of interest y ahora también en The Affair) como Falcone y el Batista de Dexter, David Zayas, en el papel de Maroni.
Ganas tengo ya de que desembarque en ese Gotham mustio la gran Morena Baccarin, después de sufrir lo suyo como señora de Brody en Homeland y de encarnar a la mítica hija de Dayana en la revisión siglo XXI de V. A ver si pone algo de gracejo o de interés en una serie tan tenebrosa como la propia ciudad que quiere retratar.
Si no estáis seguros de con qué argumentos os identificáis más, en España podéis seguir Gotham en Canal + Series.